Visión financiera/Georgina Howard
PJF. Lumpenaje en apoyo de patrones
El presidente AMLO fue enmudecido por el juez 16 en materia administrativa de la Ciudad de México, sobre lo que pueda opinar de la marcha de hoy de los servidores del Poder Judicial de la Federación (PJF).
Pero contradictoriamente, a ellos no los calló. Podrán insultar, quemar su imagen y depredar su potestad electa por el pueblo.
Marcha lumpen este día hasta el Zócalo, para apoyar los altos salarios de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los aguinaldos afrentosos para la clase trabajadora y las pensiones de reyes que los esperan en su retiro.
En el inter la vida regalada de abogados con toga, algunos muy mediocres, que en realidad no realizan su trabajo de interpretación directa, sino que son sus secretarios los que lo hacen. Ellos por lo general, solo firman.
Es un caso inédito en este país, en donde un tipo que macheteó libros de derecho recibe un millón en diciembre, frente a los tres mil trescientos pesos que recibe un trabajador de parte del IMSS, como aguinaldo.
Esta es la pensión universal de ese instituto, siempre que se tenga ese derecho. Es la agresión más grande que puede aplicarse en el país, en donde toda riqueza debería de ser compartida equitativamente.
En realidad el PJF más que un poder, ha sido un instrumento útil para los ejecutivos federales del pasado. La justicia en general se manejó en función de consignas porque miles de asuntos en contra del gobierno se dirimían a favor con ese mecanismo.
Parte de la supervivencia tan larga del PRI, está fincada en todos esos recursos extra legales que le permitían seguir en el poder cualquiera que fuera la circunstancia.
El ejemplo que siempre he puesto aquí es el de Felipe Calderón en el caso de Florence Cassez e Israel Vallarta, en el que la consigna no solo fue evidente, sino declarada públicamente por el ejecutivo y aceptada por la Corte. Hubo un acuerdo para liberar a una presunta secuestradora, pero el otro cómplice que tenía la misma presunta culpa sigue en prisión más de 15 años después, sin que a ninguno de los actores de ese tiempo les interese.
Uno de ellos, claro, Calderón, otro Nicolás Sarkozy ex presidente de Francia y lo más terrible, Genaro García Luna hoy en proceso por graves acusaciones en Estados Unidos. Aquellos ejecutivos de sexenios pasados, son en parte los responsables del comportamiento de un poder como el PJF, que hoy se asume víctima.
Es triste reconocer que amplios sectores laborales que deberían de tener una profunda conciencia de clase, sean en realidad sindicatos blancos y se comporten como lumpen de bajo nivel apoyando a sus patrones.
Están en esa situación los servidores públicos del PJF que hoy marcharán para apoyar a los altos dirigentes de ese poder y en realidad a los altos privilegios que ellos ostentan·
A esa marcha se sumarán sectores de la derecha.
La escandalosa vida de los ministros de la Corte y algunos magistrados que obtienen dinero hasta para aspirar el aire, puesta en exhibición desde hace varios años pero recalcada en los últimos tiempos, delinea no solo las cantidades que ganan, sino el uso de recursos en las cosas más superfluas.
Y lo principal la concepción del ejercicio de un poder central, como es el de la justicia, sin una valoración moral.
Es difícil que todos esos 52 mil empleados del PJF participen en la marcha que anuncia ese poder aunque lo haga a través de sus servidores públicos. Esto último debe quedar claro. Y digo que es difícil porque aunque no lo quiera reconocer la presidencia de la Suprema Corte Norma Piña, hay divergencias internas. Dentro de ese conglomerado hay servidores, jueces entre ellos, que están con la 4T, aunque le pese a la dirección jurídica de ese poder.
Como reportera cubrí esa fuente durante varios años para el diario Uno más uno y pude constatar las divergencias internas, no digamos las opiniones que les merecen desde las escuelas de derecho a los maestros, los funcionarios de la Corte.
En mis años de estudiante de derecho, ni un solo maestro hablaba bien del poder judicial y eso que había entre aquellos maestros destacados juristas del norte y de la capital del país.
Lo mismo comprobé cuando hice estudios de maestría en ciencias penales en la UNAM, sobre la pobre imagen que tenían de algunos ministros de la Corte: mala aplicación de la justicia, consigna y corrupción.
Eso no lo dirán los que marchen hoy, porque no les conviene.