Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Guerrero y la vieja destrucción priista
En la entrega de 2021 que el PRI hizo del estado de Guerrero, el 66.5 por ciento eran pobres y esa entidad estaba considerada la tercera más pobre del país. En el lapso anterior, fuera del PRI, solo había gobernado el PRD por tres años, para caer de nuevo en el PRI en 2015. O sea, que toda la pobreza y marginación en que cayó ese sitio, fue obra priísta. El dedo acusador por el desastre del OTIS, de quienes avalaron la arremetida que el PRI mantuvo por décadas en Guerrero, se queda trunco ante las historia de muerte, pobreza y desamparo que aún se extiende en varias zonas. Muchos de esos fifís solo iban a Acapulco a dorarse la piel y a dar alguna sobra a los miles de niños que mitigaban su hambre haciendo malabares. No les importaba incluso que el cacique del momento masacrara a jóvenes y maestros, que se habían perfilado en las montañas para enfrentar esas injusticias. Les parecía normal como ahora a gente del mismo tipo le parece normal que Netanyahu destruya a Palestina. Esos críticos que ahora exhiben su miseria y pequeñez, son de esa calaña. En momentos de tragedia la gente de alta calidad moral olvida diferencias y se suma a la ayuda y a la protección.
LOS CACICAZGOS MÁS INFAMES LOS CREO EL PRI EN GUERRERO
Entre los muchos caciques con los que compartió poder el PRI, destacaron en el siglo pasado Gonzalo N. Santos, el famoso Alazán tostado en San Luis Potosí y Rubén Figueroa Figueroa y Rubén Figueroa Alcocer padre e hijo, gobernadores en Guerrero. Este solo duró tres años porque fue obligado a renunciar tras la matanza de su policía cometida en Aguas Blancas el 28 de junio de 1995. Pero el caso de su padre, es considerado el más siniestro de la guerra sucia en la etapa echeverriísta. Ese personaje grotesco que el PRI alimentó como diputado y senador y otros puestos, fue gobernador de Guerrero de 1975 a 1981. Pero unos meses antes, en plena campaña electoral, fue secuestrado por el Partido de los Pobres que comandaba Lucio Cabañas. Lo mantuvieron preso varios meses y tras su liberación y gubernatura, el cacique se vengó de la manera más atroz. Se le atribuyen centenares de muertes entre ellos la de Lucio con intervención del ejército, y desaparecidos, más la venganza infame que realizó en la hija de Lucio, una joven de 16 años, a la que violó a mansalva. Mientras eso sucedía la pobreza avanzaba en el estado, el analfabetismo y un empleo que se concentraba en el servicio de nivel bajo y comercio informal. En el acceso del PRD en 2011, primera vez de la oposición, se creyó que habría un cambio, pero no fue así. Fue en ese gobierno que se cometió el crimen de los 43 de Ayotzinapa, lo que llevó al gobernador Ängel Aguirre Rivero a renunciar. La gubernatura la asumió de nuevo el PRI con Héctor Astudillo Flores hasta 2021, cuando la tomó una mujer por primera vez, Evelyn Salgado.
LA FRAGILIDAD DE GUERRERO CONSTRUIDA POR DÉCADAS PRIÍSTAS
Cuando el PRI terminó su gobierno en Guerrero, había en el estado 3 millones 540 mil 685 habitantes, signados por Coneval desde el 2020. Y se consideraba que de ese número, 2 millones 412 mil 200 personas, eran pobres, algunos en pobreza extrema. El crimen se había afianzado en varias regiones y como contrasentido se permitía el cultivo de amapola de exportación, para subsanar la pobreza de algunos sectores. Hasta niños cultivaban la famosa flor. Por lo tanto, esos opositores y columnistas que le echan en cara la pobreza y desarticulación del estado a Evelyn Salgado, mienten y utilizan datos falsos propios de la oposición. Guerrero ya era frágil en su gran mayoría desde hace décadas, mientras las tierras privilegiadas en uso de las élites, eran y son, las más cercanas y en la bahía de Acapulco. A algunos, sin distingos, los agarró el OTIS.