El presupuesto es un laberinto
Dar un enfoque diverso a la Revolución mexicana cada año que suma a su inicio, agrega situaciones de acuerdo a lo que vive el país. Pero valdría recalcar qué cosas se están cumpliendo dentro de los anhelos primordiales de aquella justa y que se han dejado en el olvido.
La información volcada en lo electoral en este momento, evade profundizar en el estatus real que vive el pais, pero de algunas candidaturas se desprende el halo de esperanza que que busca un México mejor.
Habrá un nuevo tiempo mexicano, dijo en octubre de 2011 el escritor Carlos Fuentes, el autor de La Región más transparente refiriéndose a la también próxima elección de aquel entonces, del que fue uno de los presidentes más criticados, Enrique Peña Nieto.
El no alcanzó a ver los resultados porque murió 6 semanas antes, el 15 de mayo de 2012. Ante la situación que se vivió en ese sexenio y los muchos datos -algunos oficiales-, que aparecen en las postrimerías, está claro que el tiempo nuevo vaticinado por el gran escritor no se produjo. La forma como se está manejando la situación en este tiempo para volver a como dé lugar al viejo poder, evidencia lo que ha quedado.
Sus palabras que se refirieron al inicio de aquel sexenio. Pueden repetirse en el inicio del que va a surgir en junio de 2024. Lo otro puede presagiar el ingreso a esa gran zona oscura y peligrosa que está viviendo España en este momento con una derecha alzada y que hace lo mismo en Guatemala.
Con solo 6 años más que hubiera vivido el escritor, en julio de 2018, se hubiera topado de nueva cuenta con su premonición y a lo mejor en este mes revolucionario en el que murió, podría haber de su parte una opinión más clara sobre un cambio.
En el momento en que la dio, gobernaba el mismo partido y un cambio se antojaba difícil. Las declaraciones de Fuentes sobre un tiempo nuevo que puede venir para México, se dieron en una entrevista que le hizo el director de Laberinto suplemento cultural del diario Milenio, José Luis Martínez también ya fallecido, cuando aquel se encontraba en Londres.
La entrevista giró en realidad en torno al ensayo que acababa de publicar Fuentes La gran novela latinoamericana. En 1993, el mexicano publicó un largo ensayo sobre la Geografía de la novela (Fondo de Cultura Económica). Se trata de un recorrido interesante en defensa de la novela, a la que muchos, como sucede con el libro y la letra impresa, han lapidado desde hace tiempo.
Este libro recurre a una pléyade de grandes escritores -con algún prietito en el arroz-, y enfatiza los muy comunes argumentos de Fuentes sobre ese género literario. De paso se refiere a la forma como fueron gestadas algunas de sus obras, La Muerte de Artemio Cruz , La región…
Terra Nostra, Una familia lejana, etcétera.
El mencionado es un ensayo en el que se lanza contra las ideologías y la política en la literatura y contra los nacionalismos que se imponen en las novelas, pero una parte de su escrito gira en contra de los bloques que imperaban en el tiempo del ensayo, a los que acusa de “bandas de asesinos de nosotros” por no aplicar la inclusión, y agrega como dispensables de esos bloques a Cuba con la que tenía encono, Hungría, Nicaragua, Chile, Guatemala, Checoslovaquia, Polonia y Afganistán.
Esta postura en Fuentes, es común en la discusión sobre la literatura casi siempre. Y es iniciada por anticomunistas en la búsqueda de la pluralidad y la generalización -tocan de refilón el capitalismo para no mostrar iniquidad- y terminan coincidiendo a la postre con el Statu quo.
Nosotros, los profanos, los apabullados por la importancia y conocimientos de esos genios, vemos no obstante la manchita en la página, la inclusión en su libro de escritores mexicanos, por ejemplo, que avalaron el descarado fraude electoral de Carlos Salinas y se nutrieron durante años con los dineros del presupuesto ¿Se les perdona o se eluden hechos igual de turbios si en sus novelas trasciende lo contrario? Algunos similares que en sus países se dan golpes en el pecho de la democracia, se van al sistema de enfrente como lo hizo el premio nobel Aleksander
Solzhenitszin en su momento etc., para buscar protección en el “otro asesino de nosotros”, que una vez utilizados los desecha. El propio Fuentes confiesa haber recurrido a su propio sistema, “…casi no existe intelectual mexicano (me incluyo en ello, dice) que en su momento no se haya acercado al poder confiado en que podía colaborar para cambiar las cosas, impedir lo peor, salvar lo salvable”. Pese a esa inclusión, Fuentes tenía fe en un cambio real en el país.
En aquellas, una de sus últimas declaraciones políticas, hizo hincapié en que si el candidato ganador “está muy atado a intereses de cualquier tipo, sobre todo privados, será muy malo para el país” ¿Qué hubiera pensado de la debacle posterior, del que triunfó, EPN?