Libros de ayer y hoy/Teresa Gil

Inclinar la cerviz, viola la soberanía mexicana

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El servilismo de algunos mexicanos se expresa a menudo ante personajes oficiales extranjeros. Nos imaginamos el papel que estará jugando la candidata de la oposición ahora que le ha dado por los viajes a otros países. No sabemos qué compromisos en torno a nuestro país hará a quienes la reciben. Pero son muchos los que inclinan la cerviz y un caso que he mencionado en otras ocasiones, es el de la cantante Thalía. El señalamiento a Marcelo Ebrard de que dejó de ser ciudadano por haber aceptado una condecoración del gobierno de Honduras sin haber solicitado permiso previo ante el  Congreso, pone en duda la postura actual del ex canciller. Felices aparecen en la foto el día de la entrega, él y su esposa. Ésta, muy amante de la publicidad según lo vimos en la corta campaña por la candidatura presidencial de Ebrard. El artículo 37 de la Constitución deja clara esa situación en el apartado C de la fracción III  de la Carta magna. En el  mismo sentido ante funciones que les impongan del exterior, algo que ha estado muy mencionando en los últimos días. Aquí hemos señalado en otras ocasiones, varios casos.

EL VATICANO VIOLA NUESTRA SOBERANÍA AL DAR TÍTULOS A CURAS

La sumisión, es decir la genuflexión, prevista en varios casos, es la que debería estar severamente penada. En México se dan casos muy claros con los religiosos por ejemplo que reciben órdenes y títulos de un país extranjero; es la situación de los sacerdotes, que ostentan nombramientos de un país monárquico-teocrático como es el Vaticano. Un título de esa naturaleza viene a ser un título nobiliario, aunque se han argumentado muchas galimatías al respecto. Otro caso que entraría ya dentro de las leyes contra la discriminación es la obligación que tienen los sacerdotes y en algunos casos, los feligreses, de besarle la mano al superior o de postrarse ante él en una acción que agrede la dignidad de quien lo hace, así dicha persona desee hacerlo

HAY QUIENES INCLINAN LA CERVIZ Y BESAN LA MANO DE SUPERIORES

Hay casos que merecen ser analizados y que a menudo se pasan por alto, la sumisión que manifiesta una persona que se inclina ante un monarca extranjero. Tengo una foto de la cantante Thalía, genuflexa ante la reina Sofía, de España, que por añadidura no es española sino griega, desprendimiento de una monarquía derrotada por el pueblo griego para instaurar la república. En una escena de la película La reina (2007, con la actriz Hellen Mirren en el papel de reina), se hace notar que por el protocolo, el mismo primer ministro se debe inclinar ante la reina inglesa. ¿Cuántos mexicanos lo han hecho y como prevén las leyes secundarias esa genuflexión ante un poder extranjero? ¿Ese acto de servicio o de servidumbre, debe ser tolerado en un país como el nuestro que se supone está adscrito a la democracia, ya que inclinarse así sea por protocolo es un acto contra la dignidad humana?

EL NOBEL BÖLL CRITICA LA SUMISIÓN A UNA CLASE DOMINANTE

Acto de servicio (RBA 2011) se llama una de las grandes obras del premio nobel 1972, Heinrich Böll, aunque tiene otra, Retrato de grupo con señora (Seix Barral 1966), ambos con  títulos muy sugestivos. Pero no obstante es Opiniones de un payaso (1963) por la que más se le conoce universalmente. No habla en ninguna de las tres de la inclinación directa de la cerviz, pero sí de la sumisión a una clase dominante, a los prejuicios y  valores que impone el poder. El Retrato, que se considera su obra más ambiciosa, describe los prolegómenos de la imposición nazi en los años treinta y fue un tema que el escritor llevó siempre consigo para dar una lucha por la verdad. Su muerte, ocurrida en 1985, recibió en notas que recorrieron el mundo, un epitafio sobre lo que fue su constante peregrinar en las letras: luchó por las mejores causas. Una de ellas, no haber inclinado nunca la cerviz.