Teléfono rojo
Sudacas, discriminados, en España
Sudacas, dice el escritor sonorense-nayarita, Ernesto García Núñez, que les decían a todos los latinos sin calidad de turistas, que arribaban o quizá arriban a España, a estudiar o a buscar trabajo. Eso lo consigna en su libro que acaba de salir Aventuras de Sudacas en España. La curiosa discriminación de los europeos parte de la concepción que tienen de una América latina de menos categoría que América del Norte. Pero suelen equivocarse en sus conocimientos geográficos. Yo fui algunas veces hace tiempo, al festival que realizaba el Partido Comunista en Italia y siempre colocaban a México en Sudamérica. No creían cuando les decía que mi país pertenecía a América del norte. Con ese enfoque la verdad es que estaban coincidiendo con Hitler porque en su libro Mi lucha ve superiores a los gringos del norte y les advierte sobre los cambios que puede experimentar su raza, con la llegada de tanto fuereño de la otra América.
LA DISCRIMINACIÓN ESPAÑOLA AGREDE A ESTUDIANTES MEXICANOS
En su libro, pese a un largo tiempo en estudios de doctorado en España, García Núñez solo puede recordar a pocas personas a quienes merece respeto por su trato. El libro es un eslabón de desprecios, corridas descaradas junto con compañeros estudiantes mexicanos, de restaurantes o de bares de los que despedían o simplemente no los dejaban entrar. Llamativo en una España que en lo físico se diferencia poco con el mexicano común o en el que exhiben en los recuerdos de sus cuerpos, las herencias de otros pueblos que los invadieron. El problema de la discriminación es tan persistente, que aún en personas que se dicen cultas brinca de pronto como lo que está inserto desde la niñez. Lo singular es que los mismos discriminadores exhiben sus propias fallas raciales no solo por su ignorancia geográfica. En el libro se menciona por sus nombres a los que estudiaban en aquel país las más diversas materias en doctorado. Unos eran maestros universitarios en México, otros abogados y escritores como el autor y los más jóvenes, muchachos que abrevaban del conocimiento extranjero. En esta época, más de dos décadas después de aquellas lamentables experiencias, muchos de aquellos estudiosos destacan de diferentes maneras en sus estados.
LA NOVELA DE AMOR QUE SE GESTÓ EN MEDIO DE LA DISCRIMINACIÓN
Excelente narrador, el autor norteño parece que simplemente está contando un suceso. Es el arte del buen narrador hacer que el lector olvide que está ante una obra literaria y se inserte como parte de lo narrado. En 142 páginas de la editorial Voces Sonhoras, marzo 2024, nos indignamos junto con él. Por lo pronto él dice que iba en busca de una novela de amor como parte de su estancia como estudiante de doctorado. Y la encontró en dos personajes un anciano español de 76 años todavía conservado, y una joven académica que apenas rebasaba los 30. El amor que se iba a expresar en matrimonio, fue desechado de inmediato y después definitivamente porque la familia de él, en actitudes que tenían mucho de delictivas, amenazó con denunciar a la joven para que la sacaran del país. Finalmente hasta con amenazas de agresiones físicas si la relación seguía. García Núñez los conoció personalmente mientras investigaba la muerte del hermano del viejo rey Juan Carlos, que al parecer murió de un balazo disparado por dicho monarca en su juventud. Entre el recorrido por diversas zonas del país, la presencia permanente de la discriminación y el desarrollo de aquel amor frustrado de la pareja en su novela, García Núñez termina por regresar de España. Pero ante lo que fue una estancia que exhibió la pobreza de sectores españoles que se creen superiores aunque la lumbre les llegue a los aparejos, el hijo del escritor que fue a visitarlo y regresó con él a México, explotó con un lenguaje muy mexicano, palabras indignadas del joven, por el trato a su padre, que bien valen y ahí les van: “Hijos de su pinche y rebombona madre”. Así cierra, casi, el libro.