Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
El calor que nos abrasa
No solo se habla de él, aparte se siente. Y las advertencias son catastróficas. Pero el calor ha atravesado la humanidad a lo largo de su existencia y tenemos un aumento poblacional de 8 mil millones que todavía resisten el tiempo. Ya desde hace siglos, el romántico Pedro Antonio de Alarcón decía:
Verano ardiente soy,
tu, helado invierno,
Tu, nieve eterna.
Fuego yo, infinito.
De un estado de clima extremoso, Sonora, mucho podemos decir de los calores terribles y esos meses de julio y agosto, intolerables si no hay aire acondicionado. Cuando llegué a vivir a la capital del país en julio de 1972, la temperatura era de 22 grados promedio, pero yo venía de una ciudad, Hermosillo de la que me despedí con un calor que subía al día, a ¡50 grados!. Las etapas de calor son permanentes en algunos sitios, y hay países en los que el clima de verano hace crisis. En esa situación están varios de Sudamérica y Centroamérica que en los últimos 20 años han aumentado hasta 140 por ciento el calor. En un amplio reportaje sobre el tema del pasado 23 de abril el diario El País subraya en esa situación a Ecuador. El Salvador, Guatemala y Honduras. Y México se agrega en algunos estados tanto del norte como del sur. El poeta Alarcón volvía a su calor interno:
¿Como encontrar calor
donde no hay llama?
¿Como no da calor
la llama mía?
¿Como mi incendio
tu esquivez no inflama?
LAS ADVERTENCIAS SOBRE EL CALOR DEBEN TOMARSE EN CUENTA
En este momento se actualizan en el mundo, los estudios sobre el calor, las teorías sobre el fuego, a partir de aquel famoso Heráclito seguido por Hipócrates para atravesar las edades y llegar a las teorías sobre el calor y el fuego no solo como impacto natural sino como un elemento utilitario en la movilidad y las fabricas en los inicios del capitalismo. Es hoy algo fundamental ¿Pero que pasa cuando la advertencia del cambio climático y la agresividad del llamado Niño, empiezan a señalar a los que han sido culpables de esa alteración? La advertencia es urgente y no solo incluye reducir la emisión de los gases de efecto invernadero, sino apresurarse a invertir en formas y fórmulas de enfrentar el calor.
EL CALOR HA SERVIDO PARA TRAER AL MOMENTO, LOS LIBROS QUE LO ABORDAN
Son muchos los autores que abordan el calor, no solo desde el punto de vista pasional, sino por el clima que rodeaba sus narraciones en el momento de escribir. Se han hecho en este tiempo, listas interesantes sobre el tema, una de ellas publicada en España con cinco libros: Fahrenheit 451 de Ray Bradbury; Muerte en Venecia de Thomas Mann; El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald; Santuario de William Faulkner y El Jarama del español Rafael Sánchez Ferlosio. La poeta argentina Alfonsina Storni, a diferencia de los que huyen de él, reclamaba el calor:
Déjame algún momento
bajo el calor del cielo.
Deja que el sol fecundo
se estremezca en mi hielo.
Era tan bueno el astro
que en la aurora salía,
a decirme: buen día.