El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Guerra, hijos de puta y elecciones gringas
La verdad es que el colega gringo Bob Woodward se agarra de aquella fama que logró (filme incluido para ver al entonces guapo Robert Redford) en la defenestración y renuncia de Richard Nixon el 9 de agosto de 1974, para lanzar su libro War en el momento climático de las elecciones de Estados Unidos. Libro que de entrada, en comentarios, dado que no lo tenemos a la mano, es copioso en datos y chismes sobre la política gringa. Cualquiera que sea el aporte de este exhaustivo trabajo, es difícil saber en este momento cual será el desenlace dado la paridad de las encuestas y lo que es peor, cual el desenlace en un poder que en ambos casos será peligroso. Por un lado un magnate calificado de fascista, lenguaraz, obtuso, plenamente perseguidor del migrante y por otro una mujer acomodaticia en momentos pobres de la presidencia de Joe Biden, que respalda los peores designios del actual jefe y revela no solo en sus permanente respaldo, el futuro de lo que será su postura sobre Israel en apoyo para seguir matando palestinos y todo lo que se cruce en el camino. No hay para donde hacerse.
NINGÚN CANDIDATO ESTADOUNIDENSE AUGURA PAZ AL MUNDO
Mientras esperamos leer el libro War(English edition, Schuster 15 de octubre 2024) traducido al español, vale una frase que destacan los que lo conocen, acerca de la opinión real de Joe Biden sobre Netanyahu, al que calificó ante testigos como hijo de puta. Pero para Biden que apoya a ese que llama hijo de puta y por lo tanto se hermana, lo estimula a seguir asesinando a inocentes niños incluidos, también acerca el término a Putin y a otros que no le son afines. Como la zorra no se ve la cola, Biden, en su derrumbe total, pero aún con el mando, sigue apoyando los desatinos israelitas y buscado a todo trance que el Trump que amenaza, no lo sustituya. En momentos de gran peligro y cuando Israel ya impone los ataques ”sin piedad”, ante una guerra que se diversifica, la elección en Estados Unidos para el 5 de noviembre, no se antoja como un acicate de paz. Ambos candidatos proclives a la violencia no vaticinan solución.
EL VOTO DEL PUEBLO SIGNIFICATIVO EN EU, DIFERENTE AL DE MÉXICO
Cuando los dos partidos en la contienda gringa se esfuerzan por acumular votantes, el voto latino es prevalencia, y parece ser que en un porcentaje aunque bajo que se inclina por Trump. Independientemente de la emisión, sus aportaciones votantes podrán resolver algunos problemas internos, pero no lo fundamental que es la paz que se proclama a gritos en estos momentos. Se menciona que en ese país la mayoría votante se diversifica en 64 por ciento de emisores que carecen de estudios universitarios, para presentar en general a un pueblo de poca cultura formal, paradoja en un imperio soberbio que presume de todo. Las clases medias, los pobres, los migrantes que pueden votar, resolverán la elección a favor de un candidato pero no lo esencial, que es la presencia de ese país en el mundo. Ahí es donde se ve la diferencia con México en estas elecciones y las nuestras de junio pasado, porque mientras en este país el pueblo se definió por un gobierno progresista y el impulso a un cambio, en el vecino país aún con todas las fuerzas progresistas que participen y se logre un triunfo, este puede en buena parte ser estéril. No es momento para ser optimistas.