Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
Alerta. Un cura progresista y un pretexto
Fuerzas oscuras quieren convertir a México, en un reflejo de lo que es el mundo. Mientras la guerra se instala en condiciones inusitadas que nadie puede parar, la violencia se disemina a partir de fines primordiales: el poder y la venganza. ¿Qué es en realidad lo que está impulsando las agresiones en México que no sea la continuación del saqueo, el apoderamiento de tierras, la implantación o regreso de poderes que carecen de derecho y el empuje secreto de los que participan a ojos vistas, como dulces palomas? Hasta este momento se ignora quien mandó a quitar la vida al prelado progresista en San Cristóbal, Chiapas, Marcelo Pérez Pérez, pero la noticia lleva un mensaje que ya ascendió al plano internacional para tratar de exhibir al gobierno mexicano. Mientras, la disputa en torno al poder judicial, que produce millonadas para sus defensores, arriba a una violación constitucional nunca vista. Todo se junta para tratar de generar un estado de presión que se ve descaradamente creado.
LO QUE SE IMPLANTÓ EN MÉXICO RECLAMA SEGUIR ACTUANDO, CON VIOLENCIA
La historia de México se nutrió en décadas pasadas, de un esquema de destrucción que todos conocemos. Es algo que vemos expresado aún en muchos espacios del país. Fue una ola que arrasó y que nos hizo y hace preguntarnos a menudo donde estaban y están los líderes morales en esos momentos. Si en el periodismo la noticia buena, no es buena noticia, hay que leer los medios escritos y ver y escuchar a los electrónicos para conocer cómo se distribuyen las noticias oscuras. El escándalo y el señalamiento sobre alguien, sin tener pruebas. Y se toman puntos de referencia sensibles para crear mayor impacto. En este caso una iglesia católica aliada a la oposición, que exige justicia y los delatores de siempre con el dedo índice exhibido. Por la reciente noticia de la sentencia a Genaro García Luna, que apabulla a varios gobiernos anteriores sobre todo a uno en especial, el de Felipe Calderón, la muerte de un inocente, muerte injusta de un cura que hacía el bien, les puede servir como pretexto. Hay que estar alerta.
MANKELL. LOS VALORES DE CADA QUIEN DEFINEN SU CONDUCTA
Como eI intelectual progresista y comprometido que fue, el escritor sueco Henning Mankell ya sabía que en la lucha contra el enemigo pesan mucho los valores de cada quien. Eso expresó, cuando en sus novelas ya advertía del deterioro moral que estaba sufriendo Suecia. Y ya lo planteaba desde fines del siglo anterior y parte del presente. Por eso cuando enfrenta en su novela Pisando los talones (Tuskets 1996) a su personaje Kurt Wallander, sabe que tiene que aplicar una inteligencia superior a su oponente, si quiere ganar la partida. El criminal, es un multiasesino, personaje enigmático y brillante, que va sembrando miseria, mientras la policía de Ystad le pisa los talones. En la lucha del bien contra el mal, Wallander reconocía que la inteligencia es un aliado y puede estar en ambas situaciones. Por eso Mankell puso a pensar a su detective. El gran escritor señalaba que “La violencia se considera algo natural en determinados momentos. Más cuando se ha cruzado una frontera invisible y en consecuencia generaciones enteras se arriesgan ahora a perder el norte, puesto que nadie les enseña a distinguir el bien del mal”. Nosotros dice el escritor de La pirámide entre muchas de sus obras, cuya acción transcurre en Suecia y Mozambique, “Estábamos en un país que había cambiado para mal, pero no nos dábamos cuenta”. En el caso nuestro, por fortuna, se trata de que sea al revés. Mankell murió en Gotemburgo Suecia, el 5 de octubre de 2015 a los 67 años.