Historias Surrealistas
Pilares y Utopías, cultura comunitaria, ¿Cuál gana?
La búsqueda de la felicidad tiene muchos caminos, pero el principal ha sido definir el concepto. Sin meterse al maremágnum filosófico, político, social, o religioso, pero desde luego con ideas concretas de acuerdo a posiciones, se han ido creando desde el poder, en México, opciones que sintetizan lo que puede satisfacer a un ciudadano, a un pueblo. Ideas que de hecho, se aplican de alguna manera en varios estados del país, variando los conceptos y el nombre. En la capital mexicana Claudia Sheinbaum aplicó los Pilares como Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes, a la par que en una de las alcaldías, Iztapalapa, la primero delegada y después alcalde de acuerdo al cambio de nombre, Clara Brugada, creó las Utopías, como Unidades de Transformación, y Organización, para la Inclusión y la Armonía Social, aunque de entrada se mencionaron como Pilares.
PILARES Y UTOPÍAS, APOYADOS POR UN PASADO HISTÓRICO
La diferencia de nombre se presta a discusión, si partimos de una definición concreta: Pilares, un apoyo, una cimentación y la otra, un concepto complejo que según la definición de la RAE, significa sistema o proyecto irrealizable. Y ambos conceptos definidos históricamente, el primero en épocas cercanas por el intelectual francés Jacques Delors en los años ochenta del siglo pasado a instancias de la UNESCO y el segundo en 1516, en la famosa obra Utopía de Tomás Moro, que se suele mencionar cuando se habla de ese proyecto. Pero en la práctica la definición de ambos tiene mucha similitud. De hecho ya existía en el país, además de lo que arroja la historia como proyectos de bienestar, un hermano menor de los dos programas, el condominio, un poco descuidado en este momento, pero en el que se trata de recuperar su relevancia, que ya planteaba en el pasado cuestiones comunitarias de convivencia, la cultura entre ellas, aplicada en realidad en el trato general comunitario, como una forma de vida. Así lo planteó al menos la ley original de esa estructura.
PILARES INVADEN LA CAPITAL DEL PAÍS Y SE LES SUMARÁN LAS UTOPÍAS
Claudia Sheinbaum creo en la capital 281 Pilares y Clara Brugada 12 Utopías en Iztapalapa y ha prometido 12 de ellas o más en la capital, ahora que es la jefa de gobierno. Habrá una convivencia entonces con los Pilares ya existentes y las nuevas Utopías, en la Ciudad de México. La verdad es que son proyectos que si se armonizan y se protegen pueden dar un resultado extraordinario en los sectores a los que principalmente están dirigidos. Se queda uno sorprendido de todos los aspectos que se tratan, hasta el deslumbre arquitectónico que se observa, exhibido en grandes paseos turísticos en la ya histórica Iztapalapa (no hay que olvidar que ya es mundial su famosa Crucifixión en Semana Santa). Los programas ofrecen carreras específicas, estudios especiales, el arte en sus muchas expresiones y hasta clases de boxeo. Hay uno de ellos dedicado especialmente al Ratón Macías. En cuanto a los Pilares en concreto, podrían apegarse en todo al proyecto nacional del actual gobierno, que entre otros programas destaca el de Sembrando Vidas que fue creado por el pasado gobierno de AMLO pero que es retomado como punto crucial de un desarrollo que implica todos los conceptos, sobre todo el de la paz contra la guerra. En cuanto a la divergencia que puede haber entre los conceptos de los dos programas, hay que considerar que con las Utopías, en las que se recuerdan términos como quimera, fantasía ilusión, ideal, fábula y otros, no hay problema con su definición original. Si se realizan en la práctica, dejan de ser Utopías y por lo tanto se convierten en ¡Pilares!