Descomplicado
La golpista Añez, ariete peligroso ¿la aceptará la ONU?
México acudió a la Corte Internacional de la ONU para presentar su denuncia contra el acoso que sufre su embajada en La Paz Bolivia, ¿pero puede un gobierno de facto, golpista, que ya respondió que acudirá, legitimar su presencia ante ese organismo? Muchos conflictos han sido creados por pequeñeces y cosas miserables que se fueron haciendo grandes. Ciertos gusanos que se arrastran son peligrosos, aunque atrás tengan fuerzas poderosas que los empujan. Por lo general quien causó los conflictos –el caso de Jeanine Añez en Bolivia, por ejemplo–, es solo un referente de chusma que se alía a hordas modernas que ahora llevan metralletas. Los de más arriba tienen incluso el poder nuclear. De ahí que levanten la voz, se igualen –en el mismo caso está Guaidó–, y crean que el poder lo tienen ellos. La persecución inadmisible que ese grupo golpista está haciendo en la embajada mexicana en Bolivia, aparte de violar todas las normas de la diplomacia, carece de argumentos para querer detener a personajes políticos refugiados, porque ninguno de ellos ha sido juzgado y ya están en la protección de los protocolos de Viena. Levantar una acusación a partir de un gobierno de facto, difícil de llevar a cabo en las semanas que lleva la instalación del golpe, se exhibe como una venganza política que el propio derecho internacional rechaza cuando confiere el asilo. México ya lo somete a criterio internacional.
¿Aceptará la ONU a un gobierno golpista en paridad al mexicano?
Las disposiciones de la Corte Internacional de la ONU –creada en 1945 y en funciones desde 1946–, recalcan la legitimación que deben de tener sus 193 miembros. La presencia de los gobiernos de facto que dicen representar a un estado, ¿Es legítima a la hora de dictar resoluciones? ¿Cuál es la representación que debería de llevar Bolivia, cuando la renuncia del legítimo presidente Evo Morales no se ha aceptado y todos las demás partes integrantes del gobierno sirven al del golpe? Por lo pronto la representación de Bolivia que dialogará con gente de la SRE aquí en México, se puso sus moños y exige que sea Marcelo Ebrard el que la atienda. Su cancillería además, está lanzado informes desmintiendo que estén acosando a la embajada mexicana, cuando las fotos publicadas en muchos medios lo demuestran. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha sostenido que no pueden ser detenidos los que están asilados en la embajada, porque tienen la protección de México y el gobierno golpista insiste en que deben de ser detenidos. La ONU ha estado omisa desde que se dio el golpe, ¿Cuál será el verdadero comportamiento y la presencia que debe tener la representación del Consejo de Seguridad cuando se de la cita entre las partes, en la Haya? Estaremos por verlo.
El poeta Rilke: muchas hordas se apoyan en el simbolismo
Si no se tratara de un asunto tan nefasto, sería de risa escuchar a la señora Añez hablar de democracia, de reinstalación del estado de derecho. Hay quienes se apoyan en los valores, en los símbolos, para lograr sus fines. Rainer María Rilke pone un ejemplo en su cuento Reflejos. Una de las obras más brillantes y copiosas escritas en alemán es la de este gran poeta nacido en Praga el 4 de diciembre de 1875. Ese mes lo persiguió, porque murió en Suiza el 29 de diciembre de 1926, a los 51 años. Una de las selecciones más famosas ha sido la del Rey Bohusch (NoBNooks Editorial 2016) en la que se encuentra ese cuento Reflejos, acerca de una extraña reunión en Demin a la que concurren en un palacio, grandes personajes de la nobleza presididos por la duquesa Villerose que señala como hija a una joven llamada Elena. Los personajes tienen comportamientos raros, un poco vulgares. Poco a poco los velos van cayendo y se descubre que todos aquellos no son sino hordas que encubren su saqueo en pueblos por los que pasan, haciéndose pasar por nobles. Un abate observador confirma que esas hordas hacen lo mismo en otros lugares, pero con ellos siempre va la joven Elena, silenciosa, bella y sin emitir opiniones. En el cambio que hacen de Demin, el papel de duquesa lo toma la jefa de cocina, una atrevida mujer llamada Aurora, que asume como hija a Elena. El abate le dice a un joven pobre que se ha ostentado como príncipe, que esas hordas legitiman su presencia a donde llegan, porque tienen como prisionera a esa joven Elena, que realmente si es una noble. La usan como escudo y símbolo. Rilke fue un hombre intenso que recorrió muchos países, Rusia incluida, en donde se entrevistó con Tolstoi y dio a conocer entre otras, sus obras centrales Elegías de Duino y Sonetos de Orfeo. Entre sus amantes se menciona a la famosa Lou Andreas Salomé, también amiga de Nietzsche, con la que escribió obras y fue su amiga hasta su muerte. En algún tiempo, recuerdo que se hablaba de que había muerto como consecuencia del pinchazo en un dedo al cortar una rosa, muerte muy poética para ese grande que fue Rilke, pero en realidad tenía leucemia.