Visión financiera/Georgina Howard
Agresiones a México. Los crímenes no definen a un país
La situación que vive México y que se extiende a la mayoría de los países del mundo, es un asunto económico y sociológico que ya se ha definido: un sistema injusto que extrapoló a los sectores y que ahora, con la pandemia, se profundiza más. Que salgan oportunistas a definir a un país por sus oscuridades, y en aras de sacar raja lo extiendan con su información a otros países, no solo evidencia el carácter traidor de esos vocingleros, sino el afán de hundir a un país en el esquema mundial, paradójicamente cuando es el suyo. Con el asesinato de la mujer salvadoreña en Tulum, hubo seres anónimos calificadores de nuestro país, en una expresión que las redes deberían de vigilar. Y en ese caso está el personaje anónimo y calumniador llamado Bruja con huipil que menciona Julio Hernández en su columna Astillero del 29 de marzo y que se refiere a nuestro país como “…este asqueroso y feminicida país”. Otros hacen lo mismo para llevar agua a su molino y hasta las madres de los guatemaltecos asesinados en Camargo Tamaulipas, se refieren a México, un país de 126 millones de habitantes, como un lugar de asesinos. Nunca el alcance de nuestra ciudadanía había tenido tanta dimensión. El odio y el dolor mezclados en estas opiniones no solo es deleznable e injusto, sino que pone de relieve que quienes lo dicen en realidad usan ese sistema para expresar sus verdaderas intenciones.
EN TODOS LOS PAÍSES HAY CRÍMENES. LA LUCHA ES ELIMINAR LAS CAUSAS
En los albores del industrialismo y ya en la etapa victoriana, Inglaterra tenía la situación social más precaria. Había pobres a montón, 15 por ciento de los niños morían al nacer. Fue cuando aparecieron los famosos crímenes de Jack el Destripador (1888-91) y otros más que si fueron descubiertos y enviados a la horca. Esa era la reacción cuasi feudal de muchos países del mundo, rémora que queda en algunos estados del país del norte: la pena de muerte. Los extremos a que ha llegado el actual sistema económico, que tiende a afianzarse de todas formas, (lo vemos por ejemplo en los amparos de las empresas de electricidad contra el actual gobierno) ha polarizado de tal forma a varios países en la criminalidad, Colombia es uno de ellos, que la única forma de controlar para provecho de un poder, es actuar y apoyar a los brazos criminales. Eso sucedió en México. Pero a la par la pobreza aumentaba y los que necesitaban recursos, sobre todo jóvenes, se sumaban al crimen y extendían su acción en muchos estados. Las decisiones contrarias a ese estado de cosas, causa por lo tanto muchos resquemores y hay un acento en sus acciones, sobre todo en este momento. La lucha del gobierno va en la dirección de ir resolviendo problemas que mengüen la delincuencia, pero hay rebase de esos grupos. Cada crimen exacerba a los opositores para actuar. Y los grupos radicales feministas no aciertan a comprender que el feminicidio si bien se inserta en el problema económico sociológico, de concentración de la riqueza, es difícil penetrar en el ámbito familiar para controlar rencores y enfrentamientos en ese medio. Son dos cosas de la misma causa, con diferente expresión.
DESACREDITAR A PAÍSES ENTEROS, SISTEMA DE LOS GOLPES BLANDOS
Cuando el dedo flamígero del dios hebreo quería destruir a un pueblo, lo hacía parejo. Esas viejas leyendas de ciudades destruidas, Sodoma y Gomorra, Egipto con las siete plagas, que luego se convirtieron en diez, son simples ejemplos. En plena semana santa, cuando los fieles se persignan en las playas, vale recordar que esas historias del Génesis y del Éxodo, tienen muchas controversias y contradicciones y se cree que son retazos de historias que se expandieron de generación en generación, con un sustento original, que se deformó. A la gente le gusta pensar que los pecadores de las dos ciudades primero mencionadas y que al parecer estaban cerca del Mar Muerto, fueron quemadas por la justicia divina. Pero arqueólogos modernos han investigado posibles causas y se habla incluso de un meteorito y lo más moderno las coloca como a la antigua ciudad griega desaparecida, en el fondo del mar. En el caso de Egipto tiene mucho que ver con la lucha antiesclavista que al parecer encabezaba Moisés para rescatar a los hebreos y la existencia de una serie de epidemias que se le atribuyen a una venganza de su dios. Siete plagas que se extienden a diez, muertes, aguas sangrientas, batracios, insectos mortíferos, oscuridades, lluvia de fuego, muerte de primogénitos, etcétera, como una causa de espanto que obligó a los mandamases de ese entonces a soltar a los hebreos, Ya se enfrentarían más adelante esos esclavos liberados a la dicotomía del becerro de oro, que hizo tambalear a muchos de ellos. El caso de los países golpeados es diferente en este tiempo. Se hace paulatinamente, en golpe lento y blando, usando a medios de derecha y opositores ardidos. Venezuela ha sido colocada en ese destino como antes lo fue Colombia por aquel avatar que era Medellín. Eso mismo se busca contra México y si una mosca vuela, ya salen los detractores, muchos de ellos que esconden en su hipocresía, el mandato que tienen de sus patrones.