Abanico
Vehículos, peligro mortal ante autoridades omisas
En el mundo, en el país, en sus ciudades y pueblos, es alarmante la muerte por atropellamientos. Es el otro crimen, pero desorganizado, que causa en promedio 45 personas muertas al día, solo en México. No bastan los virus mortales generados por el propio humano, las guerras, la devastación del medio ambiente, la comida chatarra y los muchos obstáculos para vivir que vamos creando, ante esa amenaza con la que vivimos a diario: vehículos de todo tipo. El acecho de carros, motos, bicicletas, patines, carritos de comida, etcétera, es permanente. Hay leyes pero no están funcionado, el problema se les salió de las manos. Y atrás está la ineficacia, la corrupción, la inercia y la falta de respeto a la ciudadanía. Los espacios públicos han sido copados y las banquetas ya no son seguras, tampoco los semáforos: carros, motos, bicicletas arrancan velocidad, en pleno semáforo verde para peatones. De acuerdo a una información proporcionada por César Arellano García en la Jornada ( 22 de noviembre), en el país se producen en promedio 31 mil 500 accidentes viales al mes de los cuales haciendo cuentas, mueren mil 350 personas en ese lapso, alrededor de 17 mil al año, como su informe sostiene, pero muchas quedan con lesiones permanentes.
Accidentes viales, un grave problema de salud que aborda la ONU
La situación, que tiene muchos recovecos, no está bien controlada de acuerdo a los resultados que se ven. Entradas a conglomerados o centros comerciales, presionados por ejes viales o zonas muy transitadas, producen accidentes, pero los espacios de entrada se siguen abriendo. Hay torres que abren sus espacios en las banquetas para hacer transitar carros desde sus estacionamientos internos y así, una serte de cuestiones y medidas que no se atienden. El uso de la bicicleta tan exaltado, omite registros, uso de alertas y no se sanciona a los que utilizan ejes en sentido contrario y en banquetas. Eso se ve permanentemente en todas las alcaldías. Y hay centros comerciales que están instalados entre dos ejes y que son utilizados por motos sin que se limite su entrada. Ya ha habido accidentes. La ONU, a través de la OMS y la OPS, viene poniendo énfasis en el problema desde 2017 y ha creado una serie de programas y mecanismos para enfrentar el problema En el caso de la Ciudad de México, las Secretaría de seguridad y Secretaría de movilidad, informaron en el primer trimestre de este año que disminuyeron los accidentes, pero las muertes aumentaron 24 por ciento. Lo singular es que los peatones no fueron los más afectados, sino los usuarios de las vías, a partir de choques.
Millones de víctimas en el mundo, grandes personajes también
La vorágine que lleva a los accidentes, ha hecho víctimas a millones, grandes y chicos. En México se habla de edades que fluctúan entre quince y diecinueve años principalmente y aunque en los países ricos hay más accidentes, que en los del tercer mundo y pobres, en esos últimos según las estadísticas, es donde los accidentes se concentran en personas de más bajo nivel económico. Las cifras son disímiles porque a veces no se separan accidentes de carretera que suelen ser masivos, de los citadinos que en cambio son permanentes. En la Ciudad de México el promedio se exhibe a diario. Aparte de la muerte, se catalogan las afectaciones permanentes y los gastos que cuesta un accidente. Sin incluir aviones en los que han muerto muchas personalidades, uno de ellos fue el escritor Jorge Ibargüengoitia, en accidentes de carretera murieron James Dean. El pintor Pollock, Isadora Duncan, Albert Camus entre muchos. El premio Nobel francés había hecho la broma unos días antes sobre los que mueren en accidentes automovilísticos. El 4 de enero de 1960, él murió en la carretera de Borgoña, cuando acompañado del editor Michel Gallimard, el carro en el que viajaban acompañados de la familia de éste, se estrelló contra un árbol por el estallamiento de una llanta. El autor de El Extranjero (Galllimard 1942) y La Peste, murió en forma instantánea. Gallimard se salvó, y la familia solo tuvo pequeñas lesiones. La muerte a los 47 años de Camus, estremeció al mundo y aún hay muchos que no se consuelan. Fue, como dijo el también premio Nobel Francoise Mauriac, la muerte de un hombre con dones y homenajes merecidos. Suele recordarse la frase de Camus sobre lo que es la eternidad, y en el caso de él, si bien no eternos, sus libros permanecen en la atención del público.