Juego de ojos
Dejan en agonía el sistema de salud; Narro tira la toalla
En qué manos estuvimos en este sexenio. Ahora resulta que por el problema más grave de salud que tiene el país, la diabetes, y que nos involucra a todos, estamos en el precipicio. Solo nos puede salvar un cambio de estilo de vida dice el secretario de Salud José Narro Robles, en los estertores de este gobierno y cuando nunca se preocuparon por vigilar ese cambio de vida. Conocemos todos los intentos, las luchas de organizaciones sociales, las denuncias para eliminar los productos chatarra del alcance de los niños, de vigilar el consumo de refrescos, de etiquetar de forma accesible y con advertencias de salud los productos que contienen grasa y azúcares. Si bien se hicieron pequeños ajustes, en todo hubo reticencia, mientras las grandes refresqueras sentaban su imperio en el gusto de los mexicanos con 950 calorías por litro. No pueden alegar algo a su favor cuando el propio responsable de salud pública advierte que nada puede cubrir las demandas acerca de la insuficiencia renal. Y el resto de la salud está en juego. Ni juntando las instituciones públicas con las privadas, se puede resolver el problema; 160 mil necesitan la diálisis para sobrevivir y más de 13 mil están esperando trasplante de riñón. De acuerdo a datos publicados, México tiene un porcentaje de 15.8 por ciento de diabéticos, más del doble de los países que controla la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es el siete por ciento. Y a los que se hace el alerta de muerte según dicha organización, es al 33 por ciento de las personas obesas mayores de 15 años. Y el sistema de salud no alcanza el seis por ciento del PIB, frente a más del nueve por ciento de los otros países. Una situación terrible. Una gran irresponsabilidad, ¡que herencia para el nuevo gobierno y para los mexicanos!
Nos hundieron en el mismo barco ¿qué hará el próximo Gobierno?
Crudo en sus afirmaciones ante el Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines en Monterrey, el ex rector de la UNAM hace su análisis catastrófico –cambiamos o nos hundimos–, sin asumir la responsabilidad del sexenio, sin informar los mecanismos de persuasión que debieron de usarse ante los miles de obesos que pueblan el país y cuyo destino está signado: no hay remedio. Los gastos que genera cuidar a los diabéticos son tan altos, reconoció, que todos resultamos afectados porque los recursos se van –como un barril sin fondo–, hacia una enfermedad y queda al garete el resto de los padecimientos, diez que están en la lista de los más graves, pero también queda desprotegido todo el cuidado de otras enfermedades menos graves o raras, que quedan sin apoyo por esta falta de previsión de un sexenio frívolo y corrupto. En la preocupación que trató de asumir el funcionario en este foro, no se notó la satisfacción mostrada el año anterior mientras se movía por algunos municipios del Estado de México promoviendo cuestiones sociales y de salud, para ayudar a que ganara “mi partido, mi casa, a la que regresé”, el PRI.
Si no hay un viraje próximo, los pobres serán los más afectados
Lo grave y deleznable de lo que se cocinó en el sector salud, es que el PRI le tiraba a seguir gobernando y por lo tanto ante el déficit de atención y de medicamentos solo podría cubrirse a un sector: los privilegiados. Miles de mexicanos en la pobreza podían cruzar las líneas de la muerte en alrededor de cinco años. El pesimismo de las declaraciones públicas no da salida a la crisis, con el aparato de salud que dejan los que se van. Se tendría que trabajar a marchas forzadas, habida cuenta el aumento permanente de la diabetes. A nivel de investigación, el Conacyt y la UAM buscan métodos urgentes más modernos y eficaces, para enfrentar la diálisis ¿Que hará el nuevo gobierno? Es la incógnita que mantiene a la población, –toda en el mismo barco– en espera de otro tipo de enfoque.
La nutrióloga Linda Lazarides y la actuación errónea de gobiernos
Conocida en el mundo como una de las nutriólogas que ha revolucionado el mundo de la nutrición con sus teorías, Linda Lazarides creadora de la Asociación Británica de Terapia Nutricional y Nutrición Aplicada, ha señalado en varios de sus libros los errores graves de los gobiernos –el inglés entre ellos– a la hora de aplicar sus programas sobre el tema y ocurrió ha dicho, con el caso del ácido fólico que dicho gobierno se negó a autorizar por largo tiempo, mientras los niños con espalda bífida seguían naciendo. En México, no se ha dado participación activa a los nutriólogos y los mismos institutos de salud señalan que hay un déficit serio. En las universidades solo 1.5 por ciento de los estudiantes se inscriben en la carrera respectiva y la mayoría, el 76 por ciento, son mujeres. Lazarides sostiene en los conceptos básicos de La Terapia Nutricional (Plaza & Janes, 1997), que además se aplican criterios que no han demostrado su eficacia y ello ha repercutido en el aumento de enfermedades. En nuestro país pese a los programas permanentes contra la obesidad, que no quedan muy claros porque por otro lado se estimula, esta va en aumento como riesgo inmediato para la diabetes. Son los programas concomitantes –control de lo que la produce–, lo que ha faltado. El cambio de vida que reclama el doctor Narro Robles, necesita voluntad política, que es algo que también trasciende de las obras de Lazarides.