Libros de ayer y hoy
Violencia. El Nuncio y la concepción teocrática de México
El nuevo nuncio que envió la Santa Sede a México el maltés Joseph Spiteri, representa lo que es México para la iglesia católica y para el Vaticano, porque al fin y al cabo formalismos aparte, el papa es el representante del gobierno central de esa iglesia y también el soberano del Vaticano. Una persona y dos facultades distintas. Y en una concepción limitada sobre México coloca a nuestro país en la lista de los países en conflicto como si el mundo estuviera tan tranquilo, sin matizar su existencia, el liderazgo de México, su postura como estado ya en pleno desarrollo, que es reconocido por líderes mundiales, ni tampoco que sus avatares se fincan en su cercanía con Estados Unidos. Dado que tiene posición diplomática, el nuevo nuncio debe de ser analizado en el Senado y darle o no, el visto bueno, como se hace con todos los diplomáticos. Con Spiteri, México completa la cifra de 18 entre delegados y nuncios, desde principios del siglo pasado a la fecha. Ni siquiera en la conflictiva Cristiada se interrumpió la representación. pese a que no había relaciones formales.
El papel de los representantes eclesiales en los países
Puede haber diferencia en la forma de expresar la relación diplomática, pero hay principios generales de comportamiento que se deben de cumplir. Y hay una obligación en torno a los connacionales de cada enviado, que deben de ser respetados. El inglés, a los ingleses, el ruso, a los rusos, et al. En el caso de los nuncios la situación es compleja porque los representados por aquellos son habitantes nacionales que profesan una creencia. Los mexicanos son eso, no malteses, ni polacos, ni argentinos, ni romanos; solo mexicanos y cuando tienen una doble nacionalidad, puede haber infinidad de variantes. Los nuncios pues, vienen a México representando una creencia y aquí representan a los que que la tienen. Eso crea conflictos porque un país extranjero domina por su carácter, sus ordenanzas y código (Código de Derecho Canónico comentado 2018. Amazon), la vida de millones de mexicanos, que las leyes no aclaran y se ha notado en los casos de delitos locales, en los que es la Santa Sede la que entra al quite y por lo general las autoridades locales pasan de largo, como ha sucedido con muchos casos de pederastias, porque esperan que otro tribunal foráneo cumpla su cometido. La ley mexicana enuncia la laicidad, pero debería de ser más explícita sobre la duplicidad en la que viven millones de mexicanos en detrimento de la justicia.
Un estado teocrático que se da el lujo de juzgar e intervenir
La Santa Sede, al controlar su religión como tal, deja al Vaticano el formalismo de un estado el más pequeño del mundo y solo alrededor de 800 habitantes, con una postura “electiva, monárquica, absoluta, teocrática y cristiana”. Con soberanía del papa, como se dijo, lo administra el secretario Pietro Parolin. La propia definición de esa ciudad pegada a Roma, habla de la soberbia de un sitio que avasalla, a partir de un conocimiento: ¿la creación y propiedad de un dios? Aquí esa representación cuando aún era delegación, eliminó el nombre del gran violinista, pianista, operístico, Felipe Villanueva, en la calle que lo llevaba, para ponerle el de Juan Pablo II, 118, en la Colonia Guadalupe Inn, Álvaro Obregón. Era la época del delegado Girolamo Prigione que duró casi 20 años en el país y a quien el padre Alejandro Solalinde acaba de calificar de “hampón”. Aquí algunos nuncios han sido discretos, si bien asumen funciones de intervención que no les corresponden, como sucedió con el anterior a éste, Franco Coppola, que sin tener facultades viajó a Aguililla Michoacán a intervenir en cuestiones internas relacionadas con el crimen organizado. Veremos cual será el papel de Spiteri, sobre todo ahora que hay un sector del clero que rompe las reglas que han fijado las leyes mexicanas, para enfrentar, haciendo el juego a la oposición, al gobierno actual.