Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
El PJF no fue independiente cuando Calderón entregó a Cassez
Persona respetable, don Arturo Zaldívar aún presidente de la Suprema Corte, pese a la exhaustiva defensa que hace de su poder, hay cosas que no pueden ser negadas. No son elucubraciones desde luego los muchos fallos a favor de los involucrados en el caso Ayotzinapa, de parte del juez Samuel Ventura de Tamaulipas, y no lo son los rápidos amparos del juez Juan Pablo Gómez Fierro, algunos de los cuales no le habían sido solicitados, reclamado en su momento por varios magistrados. Otro dato que hemos mencionado aquí, es el de que hay un baldón que flota como espada sobre la cabeza de ese organismo, la libertad a una presunta secuestradora como Florence Cassez, que ordenó Felipe Calderón ante gestiones del entonces presidente francés, Nicolás Sarkozy. Meter la mano por los que avalaron es aceptar que la independencia del PJF ha estado sujeta a otros poderes y que puede haber por ahí otras consignas directas que vale la pena espulgar. Nadie critica en su totalidad a ese poder, porque desde luego se sabe y se conoce que hay jueces honestos suponemos que son la mayoría, pero la critica justa y la denuncia de las que no pueden escapar los que ejercen una función pública, lleva la intención de que sean la totalidad los honestos, los que conozcan realmente el derecho y que su interpretación sea válida y justa. Que interpretar no puede ser de estatuas ni mirar el derecho en sus expedientes como una losa fría, frente a una realidad de injusticia. Mucho más cuando se cruza la corrupción.
HAY UNA OLA ANTIDERECHOS BIEN FINANCIADA EN EL PAÍS: ZALDÍVAR
La labor de la presidencia de la Corte en los últimos tiempos, ha sido de gestora en la persona del propio Arturo Zaldívar, de casos de injusticias, que curiosamente pudieron haber sido creados por los propios jueces. A su influencia, aunque los gestores fueron otros, puede deberse la liberación de 78 mujeres presas y la búsqueda de aumentar el número. Pero muy enérgico el señor Zaldívar defendió a su gente como debe de ser, pero cometió una equivocación al poner al mismo nivel a los opositores del gobierno y a éste, al señalar que el poder judicial es utilizado como arma política entre “adversarios polarizados”, sin precisar plenamente las causas. Finalmente si reconoce que hay un sector que es una ola antiderechos “bien financiada” que trata de ganar terreno, “Para revertir derechos que ya no era posible revertir”.
PUEDE HABER CAMBIOS PROFUNDOS EN EL PJF, CON EL AMPARO: J. V. CASTRO
Desde sus diferentes tribunas sobre todo como ministro de la Suprema Corte, el tamaulipeco Juventino V. Castro y Castro, dio una lucha permanente, como ahora lo hace Arturo Zaldívar, por cambiar a fondo al poder judicial. Su instrumento fue el juicio de amparo, que era su protagonista central en el universo de sus 12 publicaciones sobre derecho, El amparo evolucionado (Porrúa 1971). Fallecido hace diez años, Castro y Castro fue un abogado que cimbró a los convencionales del derecho mexicano al proponer efectos ergo omnes a las sentencias dictadas contra leyes inconstitucionales. Tuvo una permanente lucha como personalidad democrática, que en su momento fue asesor de AMLO en la campaña por la presidencia en 2006. En su libro de 170 páginas hace un estudio profundo sobre el juicio de amparo en esa época, que ya adolecía de los problemas que hemos percibido en su manejo actual por jueces no muy certeros. En diez propuestas reduce los cambios que pueden dar nueva viabilidad a ese juicio y que están vigentes algunas. Fue el visitador de la intervención de la Corte en el caso Aguas Blancas que aunque al parecer por motivos políticos se detuvo, el dio a conocer el punto de vista de la Corte que consideró culpable al cacique Rubén Figueroa de ser el responsable de la muerte de 17 personas.