La nueva propaganda es tan vieja como siempre/Felipe de J. Monroy
HERMAN HESS. Ocho mil millones y la natalidad en México
Al escuchar el nombre de un Damián, traducción castellana de Demian, el enigmático jovencito que inmortalizó el premio Nobel Herman Hess, vienen a la mente las obras de este extraordinario escritor. Pero estamos ante un niño que tendrá también un nombre especial en la historia de lo que es el nacimiento de los seres humanos. Damián Ferreras, el niño dominicano que según los cómputos de ONU-HÁBITAT es el número 8 mil millones, llevará una carga toda su vida, para bien o para mal. Desde su nacimiento ha sido una estrella que disfrutó desde la madrugada del 15 de noviembre, una popularidad mundial. Su rostro y su cuerpecito de recién nacido fueron lo más visto por horas por millones de ojos atentos. El arribo a esa cifra, pese al enfrentamiento con la pandemia, pone en una clara disyuntiva a todo el orbe, y la pregunta es sobre que hay que hacer con el aumento de tantos seres humanos y si es necesario como lo sugieren expertos de la ONU, con Antonio Guterres a la cabeza, “repensar los modelos de crecimiento y desarrollo”. Las cifras que se aseguran para 2080, son de 10 mil 400 millones, que para entornos que tienden a convulsionarse, son aterradoras. En el caso de México hay una respuesta alentadora: en un descenso paulatino, la natalidad se frena: el crecimiento se estancó en 1.9 hijos, desde 2019.
SE ANUNCIAN MULTITUDES FUTURAS, PERO LA NATALIDAD DESCIENDE
La natalidad ha seguido la vía del descenso en el país, pese a que con la pandemia pudo captarse un ligero aumento. Se informó el pasado 21 de noviembre, por ejemplo, que la natalidad ha descendido de una manera abrupta, sobre todo en las grandes ciudades como la de México. En ésta descendió en 20 años casi las dos terceras partes. En 2000 hubo 181 mil 910 nacimientos y en 2020 bajaron a 65 mil 703. Eso está pasando en muchos países, aunque se alegan diversas variantes para justificar ese descenso. En la UE y en la Asia oriental es en donde más se capta esa disminución. Las variantes, igual que en América Latina pueden ser diferentes. Los casos allá se deben a una mujer mejor preparada, que deja para después su maternidad, cuando ya de hecho está en las postrimerías de su gestación. En América Latina, son las mujeres jóvenes las que tienen su primer hijo, aunque se ha visto una corriente bimodal como se le llama, en la que subsiste el caso europeo y oriental. Mujeres que tienen hijos tempranos y mujeres más maduras que se esperan. También la cultura tiene mucho que ver. En México ese descenso se empezó a ver desde los años cincuenta, lentamente hasta llegar al promedio de 1.9 hijos. Los organismos internacionales que buscan el universal de 2.1, plantean llegar con el tiempo al 1 por ciento. Solo así bajarán los pronósticos de 8 mil millones 500 para el 2030, 9 mil millones 700 para 2050 y la cifra dada arriba de 10 mil 400 millones para 2O80. Datos que por lógica pocos de nosotros podremos comprobar, en realidad.
DEMIAN SER ENIGMÁTICO QUE PUDIO SER UNA DUALIDAD DEL NARRADOR
Herman Hess nació en Wurtemberg en 1877 y murió en Suiza en 1962, país en el que se había naturalizado desde 1924. Ganó el premio Nobel en 1946. De hecho fue contemporáneo de muchos de nosotros ¿Quien no recuerda su Lobo estepario o su Siddartha? Su historia es muy compleja envuelto en la misma dualidad que proyecta en el Demian (Editorial Selector 2019), su novela de formación como la llaman. Fue un niño inmerso en una esfera familiar religiosa que creó en él, un sentimiento de desajuste cuando en realidad buscaba otro tipo de cosas. Su Demian, obra que en México fue o es base en las preparatorias, exhibe esa dicotomía en el narrador Emil Sinclair, su alter ego según sus biógrafos, al que incluso utilizó como firma originalmente en el Demian. Emil conoce al joven Demian cuando está en una crisis extrema y la presencia del joven sabia y tranquila, lo va conformando en otro tipo de vida. Aparecen en el libro que es breve, los muchos personajes que transitan por la trama y la novela se estampa en un final que da la pauta al lector. Emil, ya joven, es herido en la Primera Guerra Mundial. Y cual será su sorpresa al encontrarse con Demian en un hospital, en donde está instalado en una cama vecina a la suya. Lo ocurrido ahí ha dado la pauta a muchos intérpretes para pensar en Demian en una especie ser esotérico, misterioso, inexplicable, cuya comunicación era mental, telepática. Emil solo recuerda que el joven le dice que cuando necesite a alguien no lo busque a él, sino que se busque asímismo y podrá resolver sus problemas. Emil se duerme y al despertar, en la cama vecina esta un desconocido.