Libros de ayer y hoy/Teresa Gil

REMARQUE. Con muchas novedades en el frente

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Hay muchas novedades en el frente. Y muchas son por verdaderas guerras, aunque no sean las que llevan al enfrentamiento armado. Contrario al título de  Erich María Remarque, en  su famosa obra Sin novedad en el frente, que en realidad escondía la diversidad de situaciones que lo llevaron a señalar, irónicamente, la negativa de terribles acontecimientos. El destino todavía no nos alcanza, pero el calor por lo pronto sí. Parece que está rebasando los pronósticos del límite 1.5 que se daban para estas fechas y eso se torna peligroso, porque hay cuerpos que no se han ido adaptando a situaciones más profundas de calor. Los que hemos vivido en el norte, grados que casi alcanzan los 50, podemos decirles eso. Hay meses en el año en el que al menos durante cinco o seis horas la gente se retira de las calles. Es tan grave, que recuerdo que en ciudades como Mexicali al final de cada cuadra había una fuente de agua, con vasos disponibles, para gente que acababa de recorrer solo unos cuantos metros. Tenemos a la vista también, la guerra del maíz que nos están imponiendo las potencias. Las novedades que nos insertan en las guerras de las precampañas ya en proceso y lo que cada personaje va exhibiendo para el ojo avizor de un votante que esperamos se haya hecho más crítico. Por lo pronto Claudia Sheinbaum que ya renunció y  se registró,  les dio tremenda lección a sus pares de Morena en la contienda, porque no creemos que  alguno de ellos pueda lograr una concentración de casi cien mil personas. En esa guerra diaria, la oposición por lo pronto acusa a Morena de estar adelantando vísperas, aunque todos los que respiran en ese entorno, hacen lo mismo. Véase a Alito, a Gálvez, a Téllez haciendo campaña diaria, descarada  y al propio Creel, utilizando la presidencia de la cámara.

LA HUMANIDAD SE MUEVE ENTRE GUERRAS DE TODO TIPO

Las guerras, de cualquier tipo, producen tal conmoción, que nadie sale incólume de ellas. Paul Bäumer narrador de Sin Novedad en el frente, ha sido afectado de tal forma por la Primera Guerra Mundial que considera su vida destruida. El joven de 21 años, alter ego de Remarque, (Erich Paul Remark su verdadero nombre) describe desolado,  la devastación sobre todo en el interior de las personas. Es una larga descripción de la vida de los voluntarios, su compañerismo y la muerte que acecha cada día. El aporte de Remarque  a la crítica de la guerra, se fraguó desde la perspectiva de un hombre de izquierda, y sobre todo de su participación en ese conflicto como soldado. Vivió los  avatares desde la trinchera  alemana y se forjó  el propósito como escritor, de advertir a las generaciones futuras sobre el impacto de las guerras, lo que desgraciadamente no tomó en cuenta la Alemania nazi diez años después. Su novela fue escrita en 1929, cuando él tenía 31 años. Había nacido el 22 de junio de 1898.

EL FILME QUE GANÓ EL OSCAR FUE SOBRE LA VIDA DE REMARQUE, PERO FALTÓ

Sin novedad en el frente (muchas ediciones desde 1929 en 2013, publicación Rosa Luxemburgo Stinftung, Morena Cultura, y Para leer en liberad A.C. edición gratuita) ganadora del Oscar a la mejor película, con tres premios más en marzo pasado, recorre desde la perspectiva del director Edward Berger, su punto de vista sobre el libro. Pero  lo que pasó realmente con el gran escritor, queda en las páginas de la historia, porque cuatro años  después de haber publicado su libro, que además fue quemado junto con otros libros de escritores famosos, Remarque fue perseguido por el nazismo y tuvo que exiliarse. Las quemas de su libro y de los demás, fueron el 10 de mayo y el 21 de junio de 1933 fechas consideradas históricas, por ser  actos de los más execrables cometidos en la historia de la cultura. Pero la edición de su libro como uno de los bestseller mundiales, subía de tono y se vendieron millones en el mundo  y se hicieron antes otros filmes sobre la obra. Se casó con la actriz Paulette Goddard, que por cierto fue una de las musas de Diego Rivera en sus pinturas, con la que vivió hasta su muerte en Suiza en 1970. En el prólogo de una de las ediciones de la obra se subraya que las guerras no han tenido otro fin “que degradar  al ser humano y ahogar en lágrimas y sangre los más preciosos  ideales de la cultura y de  la civilización“. El final de la novela de la que se toma el título del libro, sintetiza la frialdad de las guerras, en las que el ser humano es un simple  instrumento.