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En un comunicado, subrayó que instituciones, autoridades, padres de familia y la sociedad en su conjunto deben encaminarse a salvaguardar la seguridad de más de tres millones de infantes de entre cinco y 17 años de edad, que viven en México y se han incorporado al mercado laboral para aportar recursos a sus familias.
Según datos oficiales, cuatro de cada 10 menores de edad que laboran no asisten a la escuela, y la mano de obra se concentra principalmente en los sectores agropecuario, industrial y artesanal, donde cumplen jornadas que rebasan por mucho el horario y condiciones señaladas por la Ley Federal del Trabajo.
La CNDH consideró también indispensable atender a niños y adolescentes indígenas que ante la marginación y desigualdad abandonan sus comunidades para desempeñar labores domésticas o comerciales. Enfatizó la importancia de ratificar el Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la edad mínima de admisión al empleo, para proteger su salud.
Para ello, el organismo ha emprendido acciones como la campaña nacional “No se vale mano pequeña”, en la que mediante cursos, pláticas y sesiones informativas busca concientizar a autoridades, empresarios y público en general, de la importancia de erradicar y prevenir abusos contra este sector de la población.
Como acción paralela, la CNDH ha distribuido más de cien mil folletos y carteles con el fin de que los menores de edad conozcan sus derechos y deberes.
En el mundo
Expertos de Naciones Unidas (ONU) denunciaron, que más de 100 millones de niños están sometidos a las peores formas de trabajo, incluida la explotación sexual y laboral.
En todo el mundo, y en violación de los derechos de la infancia, cientos de miles de niñas y niños realizan trabajos que los privan de la educación, la salud, el tiempo de ocio y las libertades elementales.
De esos niños, más de la mitad están expuestos a las peores formas de trabajo infantil, como el efectuado en entornos peligrosos, la esclavitud u otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas como el tráfico de estupefacientes y la prostitución, así como la participación en conflictos armados.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil busca obtener mayor apoyo para la campaña al respecto por parte de los gobiernos, los interlocutores sociales de la Organización Internacional de Trabajo, la sociedad civil y las demás partes interesadas, incluidas las escuelas, los grupos de jóvenes y de mujeres, y los medios de comunicación.
La experta en derechos humanos Gulnara Shahinian, de la ONU, señaló que debido a la crisis económica mundial hay mayor confianza y dependencia en mercados como el del oro, lo que ha aumentado el número de niños que laboran y son explotados en el sector minero.
“Al combinarse elementos como la coacción, el miedo, la restricción a la libertad de movimiento y la completa dependencia, esto equivale a formas contemporáneas de esclavitud”, consideró.
En su opinión, debemos cumplir con la responsabilidad de proteger, rehabilitar y reintegrar a las víctimas, reparar los daños causados en los niños, sancionar a los responsables, para cambiar ciertas normas sociales, y en última instancia evitar ese fenómeno.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, en 2002 subrayando la gravísima situación de los niños y tiene por objeto servir de catalizador del creciente movimiento mundial contra ese fenómeno, reflejado en el gran número de ratificaciones del Convenio sobre las peores de sus formas y el de la edad mínima de admisión al empleo.
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