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MADRID, 24 de diciembre (Quadratín México).- El rey de España pidió hoy unidad para sacar al país de “uno de los momentos más difíciles” de su historia, en alusión a Cataluña –donde crece el fervor independentista–, defendió hacer compatible la austeridad con el crecimiento económico, y reivindicó la unidad de España como “parte de la solución a la crisis global”.
En su mensaje televisado de Navidad, el monarca dijo: “no creo exagerar si digo que vivimos uno de los momentos más difíciles de la reciente historia de España”.
Juan Carlos I, quien este año también sufrió momentos personalmente complicados entre críticas por una controvertida cacería de elefantes en Botsuana y acusaciones de corrupción contra su yerno Iñaki Urdangarin, dijo que “la grave crisis económica que atravesamos desde hace unos años ha alcanzado una intensidad, una amplitud y una persistencia en el tiempo que nadie imaginaba”.
En crisis desde el estallido de su burbuja inmobiliaria en 2008, España está de nuevo sumida en la recesión y tiene un desempleo del 25%, que dejó a más de un millón de familias sin ningún trabajo y a decenas de miles expulsadas de sus hogares por deudas con los bancos.
El rey, de 74 años, dijo que lo anterior, sumado a las políticas de austeridad, está “generando un desapego hacia las instituciones y hacia la función política”, reconoció.
Por ello, en un momento en que crece el fervor independentista en Cataluña (noreste), Juan Carlos I llamó a ejercer una política que “lejos de provocar el enfrentamiento y desde el respeto a la diversidad, integra lo común para sumar fuerzas, no para dividirlas”.
Ante la negativa del gobierno español a renegociar un sistema fiscal que considera como un lastre para su región en estos tiempos de crisis, el presidente catalán, el nacionalista Artur Mas, anunció su intención de convocar un referéndum de autodeterminación.
La tensión crece desde entonces entre Madrid y Barcelona, que denuncia intentos del gobierno español por limitar su autonomía en cuestiones como la educación de su lengua, vehicular en las escuelas públicas tras haber estado excluida de la esfera pública durante la dictadura franquista (1939-1975).
“Es hora de que todos miremos hacia adelante y hagamos lo posible por cerrar las heridas abiertas”, consideró en este contexto el rey, llamando a “promover valores como el respeto mutuo y la lealtad recíproca”, que permitieron la transición pacífica de la dictadura a la democracia en España.
Recordando a “todos los españoles que dejan ahora nuestro país para conseguir mejores condiciones de vida”, el rey tuvo también palabras de reconocimiento para Iberoamérica: “es parte fundamental de nosotros, como también nosotros lo somos de ella”, afirmó.
“Lo mismo acontece con Europa. Con la Unión Europea tenemos que seguir trabajando para superar las visiones puramente nacionales y reforzar las bases de la solidaridad” con las que se avanzó en el proceso de integración, aseguró.
“Hemos de garantizar que nada de lo conseguido juntos, ni los derechos individuales y sociales, ni el bienestar económico, ni el proceso de construcción política y económica puedan verse amenazados”, agregó el rey Juan Carlos.
Juan Carlos I aseguró que “las renuncias de hoy han de garantizar el bienestar de mañana en un plazo razonable de tiempo, de manera que se asegure la protección de los derechos sociales”.
“La Corona es muy consciente del esfuerzo y el sacrificio que los ciudadanos están llevando a cabo con entereza; ningún esfuerzo en la vida es baldío y tampoco lo serán los que se están haciendo ahora”, añadió el rey, que animó a los españoles a reaccionar con una demostración de confianza.
En este sentido destacó que para que la economía española vuelva a crecer “tenemos que poner orden en nuestras cuentas y, a la vez, generar estímulos para la creación de riqueza”, punto en el que aseguró que “el primer estímulo que nos sacará de esta crisis se llama confianza”.
Una confianza en sí mismos que genere a su vez confianza de los mercados financieros en España, con la convicción de que, al igual que durante la Transición a la Democracia, los españoles podrán superar las dificultades actuales si actúan con “generosidad, talento y creatividad”.
“España es parte de la solución a la crisis global y debe ser protagonista en la toma de decisiones de los grandes foros internacionales”, aseguró el monarca. Este ha sido el primer mensaje navideño en el que el monarca no mencionó el terrorismo, después de que hace más de un año ETA anunciara el cese de su actividad.
También ha sido el primero en que se dirige a los españoles desde su despacho, de pie ante su mesa de trabajo, en lo que supone su reaparición institucional tras la última intervención quirúrgica a la que fue sometido en la cadera.
Las banderas de España y de la Unión Europea, un retrato del fundador de la dinastía Borbón-Parma, una foto de la reciente Cumbre Iberoamericana de Cádiz y un belén acompañaron al monarca en la imagen televisada de su alocución, de casi nueve minutos.
El jefe del Estado manifestó su preocupación por el desapego de los ciudadanos hacia las instituciones y reivindicó la importancia de “la política con mayúsculas”, basada en “la ética personal y social”, para salir de la crisis, porque “no todo es economía”.
En este contexto, defendió una política que, “desde el respeto a la diversidad”, integre “lo común” para “sumar fuerzas, no para dividirlas” e hizo un llamamiento a “cerrar las heridas abiertas” sobre la base del “respeto a las leyes y a los cauces democráticos”.
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