Llama Maduro a formar milicia con millones de obreros armados

CARACAS, 25 de mayo (Quadratín México).- Con el objeto de “defender la revolución”, el presidente venezolano Nicolás Maduro llamó a formar multitudinarias milicias obreras “armadas y uniformadas” con millones de trabajadores.

El mensaje, adornado con evocaciones patrióticas, configuró un inquietante e imprevisible desafío en medio de rumores de divisiones entre su régimen y parte de las fuerzas armadas.

Pidió al ministro de Defensa entrenar a “un millón, dos millones de obreros y obreras uniformados y armados”.

En un discurso en un teatro caraqueño en el acto de graduación de la Universidad Bolivariana de Trabajadores Jesús Rivero, instó a los trabajadores de todo el país a prepararse como “milicianos obreros y obreras”. Afirmó que “es clave que la clase obrera venezolana esté entrenada para defender la patria con su disciplina, con su armamento, con su uniforme”.

“Aún seremos más respetados si las milicias obreras tienen 300 mil, 500 mil, un millón, dos millones de obreros y obreras uniformados, armados, preparados para la defensa de la soberanía, de la patria, de la estabilidad de la Revolución Bolivariana”, explicó al auditorio en un mensaje que fue transmitido por la televisión y ovacionado por el público.

El llamado se produce cuando se esparcen rumores de desinteligencias en la cúpula gobernante, disparados por una filtración de una conversación entre un ultrachavista y un espía cubano (ver Intrigas y dudas…). Allí aparecen datos de la división entre el presidente y sus aliados procubanos y el titular del Congreso unicameral, Diosdado Cabello, un ex oficial del ejército, millonario y con fuerte impronta en la jerarquía militar que es crítica de la extendida influencia cubana en Venezuela.

La convocatoria de Maduro implicaría incrementar la fuerza de civiles armados del país que ya cuenta con una guardia republicana formada por el fallecido Hugo Chávez e integrada por unos 130 mil efectivos armados con fusiles Kalashnikov. El gobierno las denomina “el pueblo en armas”, mientras sus detractores las llaman “guardia pretoriana”, acusándolas además de estar entregadas a la ideologización de la sociedad a través de programas en las escuelas primarias y liceos.

Ese pequeño ejército fue organizado en 2005 como un cuerpo de apoyo a las fuerzas armadas, pero sin embargo la jefatura militar no tiene el mando directo sino que lo ejerce directamente el jefe de Estado.

Para esta nueva tropa, Maduro pidió sí a los militares que se ocuparan de organizar y entrenar a los grupos que bautizó como Milicias Obreras Bolivarianas. El mensaje fue un espaldarazo para el ministro de Defensa, el almirante Diego Molero, quien fue nombrado en ese cargo por Chávez poco antes de morir por su lealtad al fundador del proceso bolivariano. Era la primera vez que un marino ocupaba esa cartera estratégica y los analistas entendieron que esa designación respondía a la desconfianza del caudillo en la respuesta de los mandos militares.

Maduro dijo que le planteó al ministro que se debe avanzar lo más rápido posible en el establecimiento y organización de las milicias como parte, justamente, de la Milicia Nacional Bolivariana. Sin agregar mayores detalles, sostuvo que en el país se debe articular la fuerza suficiente “para hacerse respetar”, al tiempo que explicó que “la clase obrera será cada vez más respetada mientras más consciente esté y produzca”. Y remarcó la necesidad de defender la “soberanía y la revolución”.

Para la oposición política que implica, según las últimas elecciones, la mitad concreta del todo el electorado venezolano, estos grupos armados son una amenaza tolerada por el gobierno por razones políticas. Están estructurados como una fuerza de choque y pueden alcanzar una particular importancia como tales en momentos en que crece la inquietud en las bases obreras por la crisis económica que devora al país. Venezuela confronta una inflación anual superior al 30%, un empleo muy precario y un generalizado desabastecimiento de alimentos y artículos de primera necesidad entre ellos de aseo.

Además de los grupos de milicias “organizados”, en Venezuela funcionan agrupaciones armadas semi anárquicas como “La Piedrita”, que dirige Valentín Santana, un connotado chavista y que tiene su base en el barrio caraqueño de 23 de Enero. Ese hombre tiene órdenes de captura pendientes de los años 2007, 2008 y 2009, en algunos casos por homicidio. Pero, pese a ello, se lo vio numerosas veces, especialmente el año pasado antes de las elecciones presidenciales de octubre, en actos oficiales en transmisiones de la estatal Venezolana de Televisión. En una de esas ocasiones, Santana juró antes las cámaras “lealtad al compañero Chávez”, en medio de las críticas de la oposición que acusa al gobierno de proteger a los grupos de mercenarios para inhibir la actuación de los adversarios políticos del régimen.

QMX/fm