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QUEENS, Nueva York, EU., 22 de abril de 2025.- Cuando Cindy Estrada llegó a Nueva York desde Colombia hace tres años, lo hizo escapando de amenazas en su país. Con una maleta llena de esperanza, dos hijos menores y su esposo, llegó con la firme determinación de construir una vida mejor para su familia en los Estados Unidos.
Sin embargo, como ocurre con cientos de familias inmigrantes, su camino estuvo marcado por innumerables obstáculos y decisiones difíciles, muchas de ellas influenciadas por la desinformación, el miedo y, en su caso, el engaño de un supuesto abogado que nunca presentó la documentación ante la oficina de inmigración USCIS para su caso de asilo.
Hoy, toda su familia enfrenta una orden de deportación que amenaza con arrebatarles no solo su permanencia en el país, sino también los sueños que han trabajado tanto por construir. A pesar de la incertidumbre migratoria que los acecha, Cindy ha encontrado en el emprendimiento una forma de seguir adelante.
Con la necesidad de generar ingresos y, al mismo tiempo, el deseo de estar más cerca de sus hijos surgió la idea de Tamalería La Rolita, un negocio de tamales tradicionales colombianos. Este proyecto no solo le ha permitido sostener a su familia, sino también ganar tiempo para brindarles el apoyo que tanto necesitan mientras enfrentan las dificultades del proceso migratorio.
“Cuando recién llegamos, yo trabajaba de noche en Taco Bell para cuidar a mis hijos durante el día mi esposo trabajaba en aires acondicionados, nos turnábamos para cuidar a los niños, no había de otra. Mi hijo de 16 años, que en ese tiempo tenía 13, sufrió bullying extremo al llegar, lo que le desencadenó una pérdida del habla y problemas de salud mental. Fue muy duro verlo así. Yo tenía que estar más presente, y por eso buscamos emprender, quisimos buscar una estabilidad legal en el país que nos permitiera buscar una fuente de ingresos mayor”, cuenta Cindy.
Motivados por legalizarse en el país comenzaron su proceso de asilo, sin conocer del todo el sistema ni contar con asesoría legal adecuada. Cuenta Cindy que, a los pocos días de llegar, una persona que vivía con ellos le recomendó a una tramitadora que vivía en la Florida:
“Le dimos dinero, ella nos ayudó a armar los papeles para el proceso. Pero luego nos dimos cuenta de que no era abogada. Igual, con su ayuda sometimos el asilo”.
Cuando presentaron su solicitud de asilo, les recomendaron tener un abogado que los representara ante la corte. Así contrataron un bufete legal, pagaron miles de dólares y, tras más de un año de espera, recibieron la negación del asilo, apelaron, pero finalmente el proceso fue desestimado.
Con los ahorros casi agotados, y sin opciones para seguir pagando honorarios tan altos, Cindy se vio obligada a cambiar de representación legal. Fue entonces cuando, por recomendación de un conocido, acudieron a un supuesto abogado que ofrecía cobrar menos y prometía ganar tiempo mientras intentaban una nueva apelación. Pero este abogado resultó ser fraudulento, nunca presentó ningún documento a inmigración.
“Ya habíamos gastado mucho dinero, estábamos desesperados, prácticamente trabajábamos para sobrevivir y pagar abogados, entonces decidimos buscar otro que nos iba a cobrar menos dinero, nos lo recomendó un amigo de mi esposo y según él, le había llevado su caso. Lo contactamos y le pagamos, confiados en que nos iba a ayudar con la apelación. Después de un año, migración nos llamó para una entrevista, yo le informé a este supuesto abogado y él nos dijo que fuéramos tranquilos, que era una cita de rutina. Cuando llegamos allá, no me dejaron entrar a mí, solo a mi esposo, y fue entonces cuando le dijeron que teníamos una orden de deportación y una expulsión del país, ese señor nunca envió ninguna documentación, lo peor es que se desapareció, las pocas veces que nos contestó el teléfono, sacaba mil excusas. Lamentablemente, todo el contacto con él fue siempre por teléfono, desde el inicio del proceso”, narró Cindy a Quadratín.
La necesidad y la urgencia llevaron a esta familia, como a muchas otras, a confiar en alguien no autorizado para ejercer como abogado en EU. No sabían en su momento que existían formas de verificar la legitimidad de un abogado, como consultar el registro del colegio de abogados estatal o la lista de representantes acreditados por el Departamento de Justicia. Tampoco tenían conocimiento que las organizaciones sin fines de lucro en Nueva York, como ActionNYC, La Victoria, Make The Road y el Grupo de Asistencia Legal de Nueva York NYLAG, entre otra brindan asesoría legal gratuita o de bajo costo, confiable y segura para inmigrantes.
Cindy y su familia mantienen viva la esperanza de un milagro que les permita quedarse en EU, el país por el que han luchado incansablemente para ofrecer un futuro mejor a sus hijos, a pesar de las adversidades se mantienen firmes, trabajando con dignidad, rodeados por una comunidad que los apoya de manera incondicional y aferrados a sus sueños de seguir construyendo la vida que tanto anhelan. Cindy no quiere que ninguna otra familia pase por la angustia y el sufrimiento que ella y los suyos están enfrentando en este momento, por eso se motiva a contar su historia.
“A veces, por miedo o por estar siempre corriendo detrás del trabajo y las responsabilidades, uno no se da el tiempo de investigar y buscar las mejores opciones. Yo lo aprendí de la manera más difícil. Hoy sé que no estamos solos, que hay redes de apoyo y lugares donde realmente te tienden la mano con abogados de verdad. Mi consejo es que no se queden callados, que pregunten, busquen ayuda y no tengan miedo. El miedo, si lo dejamos ganar, puede arrebatarnos la oportunidad de construir la vida y los sueños que tanto anhelamos aquí. No dejen que la falta de información los ponga en manos equivocadas. Hay ayuda disponible, solo hay que buscarla”, concluyó
Si usted o alguien que conoce en Nueva York ha sido víctima de un abogado fraudulento, puede llamar al 311 o presentar una queja ante el Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York https://www.nycbar.org/, la oficina del fiscal general del Estado https://es.ag.ny.gov/, la Fiscalía de Manhattan https://manhattanda.org/, al Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador de la Ciudad de Nueva York DCWP https://www.nyc.gov/site/dca/index.page y también puede verificar si un abogado está autorizado para ejercer visitando https://www.uscis.gov/.