Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
En pocas ocasiones las reuniones bilaterales entre los presidentes de México y Estados Unidos, han resultado, cuando menos, tan tersas como la que sostuvieron ayer los mandatarios Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden.
Decimos que cuando menos fue terso el desarrollo de la reunión bilateral, aunque en realidad se puede hablar de que también fue productiva.
Se avanzó en temas de migración, de importantes aspectos económicos, de aspectos relacionados con la producción de energía e incluso con un aspecto siempre controvertido como es la coordinación del combate entre los dos países a las organizaciones criminales.
López Obrador no emitió ningún discurso de carácter bolivariano, tampoco se refirió a temas relacionados con Cuba o Venezuela y en cambio dijo que Joe Biden era el primer presidente de Estados Unidos que coincidía en mucho con los postulados de una relación de buena voluntad como lo habían logrado Lázaro Cárdenas del Rio y Adolfo López Mateos.
Detrás de cámaras, trascendió que un trabajo extra del canciller Marcelo Ebrard, para que nada interfiriera la gran tarea de López Obrador en la reunión trilateral de los tres amigos, fue evitar que el carácter hosco de la Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier que exhibió en las fotografías en las que aparece cerca del canciller, imágenes que comprobaron que efectivamente la sinaloense radicaba en Monterrey, no se dio cuenta nunca ni porque la llevaron al viajecito y con ese mismo desconocimiento parece que se regresará a México.
Marcelo Ebrard de plano, conocedor de los afanes protagónicos del Doctor muerte, de plano guardó escondió para lo medios al Doctor Hugo López Gatell.
Conclusión: López Obrador, llego, habló y triunfó. Marcelo siguió siendo el integrante más eficiente del gabinete presidencial.
“Lo que es de DIOS a DIOS y lo que es del CÉSAR al CÉSAR”