Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de mayo de 2017.- Javier Rodríguez Staines describe en su novela Por mi gran culpa, el intento de abuso sexual que sufre el protagonista José de Jesús, de parte de un ex sacerdote metido a maestro en un colegio religioso, así como los tocamientos que sufre su prima Lola, de parte de un cura.
En la primera novela de Rodríguez Staines ambos personajes son unos adolescentes cuando sufren los abusos ; el escritor dice que la obra es de ficción pero contiene elementos tomados de la vida real.
Entrevistado por Quadratín, el autor habla del libro publicado recientemente por Grijalbo, y pese a que está ambientado en los años setenta, afirma que los abusos sexuales cometidos por religiosos no sean denunciado lo suficiente en México.
“No sé si el intento es de denuncia o simplemente de exhibir la visión de que es un problema existente, constante, que al menos en el caso nuestro se ha abordado poco y se ha ocultado muchísimo desde los momentos en que han estallado escándalos muy grandes a partir de varias órdenes religiosas. Está basado en cosas que ocurrieron, es una novela de ficción basada en hechos reales; de cualquier manera la ficción y la no ficción están totalmente mezcladas”, explica.
“Más que la denuncia en sí es la exposición y definición del tema como parte de este engranaje complejo y la maraña de una práctica religiosa cristiana católica en el país, donde a final de cuentas hemos logrado meter tanto en el código de relaciones y el entretejido social a curas y demás por todo el país», apuntó.
“Lo que trato de poner en la mesa es lo fuerte y violento que resulta que este tipo de personajes le roben el sueño a un jovencito porque finalmente es un delito casi espiritual, le mancillan el espíritu. Sí, yo tomo dos casos que conozco muy bien y los entrelazo en el libro”, añade.
Cuestionado sobre si aún perdura la doble moral en hogares católicos de clase media, pese a que la trama se desarrolla en la ciudad de México entre los años 70 y 80 del pasado siglo, responde que sí, pese a los cambios culturales y legislativos registrados en México.
Un ejemplo son las marchas por la vida y la familia, para oponerse a los matrimonios gay y al derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo en relación al aborto, prosigue.
“Sí, lo veo, mucho más vivo y latente de lo que creemos pese a que tenemos avances muy notables y plausibles en terrenos incluso legales para manifestaciones como el aborto o matrimonios del mismo sexo, todavía lo vemos y no hace mucho algunas marchas con una cantidad de gente importante salió a la defensa de valores tradicionales, cuando todos sabemos que lo que ha vivido esa gente no es muy distinto a lo que viven los otros.
“Ahí lo que me preocupa es que siempre acaba habiendo un residuo de intolerancia en este tipo de practicantes muy beligerantes, religiosos y yo trato de extrapolarlo a un núcleo familiar concreto que es esta novela para ponerlo como muestra, donde es más importante de pronto el defender la creencia que abrir una rendija a cualquier tipo de cuestionamiento”.
Aclara que más que crítica a la religión católica, es a los católicos, a partir de la mirada del joven José de Jesús.
“Justamente a este rictus de doble moral que aplica muy particularmente en todas estas familias con una estela muy antigua de práctica de valores religiosos donde pareciera que nada puede ni debe cuestionarse”, concluye.
El autor compartió por medio de su cuenta de Twitter la portada y la contraportada de su obra.