Oran por la paz en el Centro de Chilpancingo
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de diciembre de 2016.- Con las maletas llenas de ilusiones, ávidos de reencontrarse con sus raíces de donde fueron separados desde muy pequeños, decenas de jóvenes nacidos en México pero que han crecido, vivido y estudiado en Estados Unidos donde a pesar del tiempo siguen con el estatus de indocumentados, vuelven a la nación que los vio nacer.
Ellos son los llamados dreamers, chicos que desde muy pequeños llegaron al vecino país del norte junto con sus padres quienes abandonaron México en busca de mejores oportunidades que no tuvieron en su patria, y donde encontraron un prometedor futuro para sus hijos.
Ahora regresan a México gracias al programa Dreamers Whitout Borders (Soñadores sin fronteras) que organiza la US–Mexico Foundation. Cabe destacar que los Dreamers son jóvenes inmigrantes indocumentados beneficiados por el Programa de Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) y que les permite estudiar en aquel país.
En entrevista para Quadratín México, Rebeca Vargas presidenta de la US–Mexico Foundation explicó que este programa de Soñadores sin fronteras inició en 2015 y es una iniciativa encabezada por organizaciones tanto de Estados Unidos como de México y que en esta, su tercera edición, llegó a reunir a 68 soñadores mexicanos.
«El propósito del programa es darle a jóvenes dreamers que viven en Estados Unidos, la posibilidad que visiten México para que se reencuentren con su país de origen, con sus tradiciones, con su cultura, con su familia y que regresen a Estados Unidos con un sentido renovado de orgullo de su herencia mexicana», detalló.
Vargas indicó que este programa está diseñado, operado y fondeado principalmente por la US-Mexico Foundation, e implementado en colaboración tanto del sector privado como público, en este último caso se coordinó con los estados de Michoacán, Guerrero, Jalisco, Guanajuato, Puebla y Estado de México, de donde son originarios los Soñadores, así como también con el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), y la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Mientras que por el sector privado señaló que trabajaron con la Universidad del Tecnológico de Monterrey, así como la UCLA de California ya que éste también es un programa educativo que busca apoyar a los jóvenes en su desarrollo profesional y personal, por lo que como parte del programa y de su estancia en México, tienen dos actividades adicionales:
– Un programa en colaboración con el Tec de Monterrey a través del cual los jóvenes se van a volver mentores de chicos estudiantes mexicanos que no hablen bien inglés.
– El otro programa es con la UCLA, donde los Soñadores escribirán ensayos del aprendizaje que les dejó su visita a México,
escritos que se compilarán y publicarán el próximo año.
Coyuntura política marca llegada de Dreamers
Los soñadores llegaron a México el pasado 7 de diciembre y estarán en nuestro país hasta el 3 de enero. Entre las primeras actividades que realizaron en la Ciudad de México fue reunirse con algunos funcionarios del Gobierno federal, así como con legisladores, que dado el momento político que se vive en Estados Unidos y lo que ello significa, creó un mayor interés.
Al respecto Rebeca Vargas detalló que es una coincidencia, «no lo planeamos así y no lo esperábamos así», por lo que enfatizó que el principal mensaje que vinieron a dar los jóvenes dreamers es que los conozcan de este lado de la frontera, y darse a conocer como chicos que son ciudadanos ejemplares en los Estados Unidos, que han estudiado, que tienen una licenciatura y que tienen carreras profesionales brillantes a futuro.
«Entonces el principal mensaje de la delegación es ese, que quieren que el gobierno americano los apoye en el sentido de que el gobierno de Estados Unidos ya invirtió mucho en ellos, y esperan que sigan teniendo oportunidades de desarrollo profesional en aquel país», apuntó.
Sobre la incertidumbre que puede generar la llegada de Donald Trump al poder, Vargas enfatizó que los jóvenes ya han enfrentado muchos retos en los Estados Unidos al ser indocumentados que buscan superarse profesionalmente, por lo que a pesar de la inquietud, lo ven con una oportunidad para unirse.
«Lo que yo siento y platico con ellos es que no están preocupados necesariamente por eso, quizá tienen un poco de nervio, pero lo ven como otro obstáculo que los va a unir todavía más, y que van a seguir promoviendo el mensaje de que ellos son jóvenes de mucho valor para los Estados Unidos», afirmó.
Pese al beneficio para los connacionales que tiene este programa, la llegada de una nueva administración en Estados Unidos pone en riesgo la continuidad del programa, sin embargo, para Rebeca Vargas hasta ahora solo hay especulaciones y no se sabe a ciencia cierta qué es lo que pasará, pero enfatizó que la Fundación seguirá con el compromiso de apoyar a este sector de la población y buscar las lazos de cooperación y entendimiento entre México y Estados Unidos.
«Si nosotros utilizamos una instancia que emite y que otorga el gobierno americano, mientras esa instancia siga existiendo nosotros la seguiremos aprovechando (…) Así que estamos muy entusiasmados con organizar la cuarta visita», expresó.
Jóvenes que creen en las oportunidades que México les pueda ofrecer
Con una enorme sonrisa, gran entusiasmo y la emoción a flor de piel, cerca de 70 jóvenes dreamers, llegaron el pasado 7 diciembre a México donde estarán hasta el 3 de enero y que como parte de esta visita, además de la Ciudad de México estarán en sus estados natales que recorrerán para conocer y reconocer luego de muchos años fuera de ellos, y donde pasarán las fiestas decembrinas con sus abuelos, tíos y primos que solamente conocen en fotografías.
El día justo de la partida a sus respectivas entidades, el pequeño lobby del hotel que los hospeda en la zona de la Alameda Central está lleno con estos entusiasmados jóvenes que esperan su turno para abordar las camionetas que los llevarán a su destino. Todos sonrientes, impacientes algunos, otros contando anécdotas de los días que llevan de viaje, sorprendidos gratamente con la idiosincrasia de los capitalinos.
Y sorprendentemente contrario a los motivos que llevaron a los padres de los dreamers a salir del país, estos chicos, en su mayoría, creen en las oportunidades que México les puede ofrecer, aunque reconocen el miedo o incertidumbre que sienten al pensar que podrían ser deportados luego de la llegada al poder de Donald Trump.
Entre todos, está María Vargas, una joven nacida en Jalisco y llevada a Estados Unidos a los 13 años, ahora con 24 años de edad, radicada en Sacramento, California, regresa y con gran emoción e incluso miedo, asegura que está impaciente por ver a su familia y conocer su estado natal, del cual casi no recuerda nada, pero que está segura que ha cambiado mucho.
Acepta que la llegada de Donald Trump al poder se vive con cierto miedo en Sacramento ya que no se sabe qué es lo que pasará, sin embargo, María siente tranquilidad al saber que su escuela, donde estudia Antropología, es de los llamados «santuarios», «la escuela donde estoy firmó un papel diciendo que ellos no piensan colaborar si llega a haber deportaciones, la escuela está como un lugar santuario, además hay un programa para dreamers que nos ayuda con programas de información y apoyo emocional», señaló.
Sin embargo, la joven de ojos iluminados y llena de emoción, está consciente de lo que puede pasar si son deportados y señala que su único temor es regresar a lo desconocido y no saber aprovechar las oportunidades que el país le puede ofrecer.
«El país ha cambiado en 11 años, entonces el regresar a un lugar que recuerdo pero que no es igual, si da un poco de incertidumbre ir a lo desconocido, porque oportunidades las hay en todo lados, solo es saber aprovecharlas, si regreso mi miedo es no saber cómo aprovechar las oportunidades que el país nos brinda», enfatizó no sin antes expresar toda la emoción que siente por estar en México.
Reconocen en México un gran país pero con falta de unidad
Para Israel González Sánchez originario de Guerrero, que llegó a EU a los 2 años, lleva 21 fuera de México y ahora vive en Nueva York, esta es una excelente oportunidad para conocer lo que tanto le ilusiona, los paisajes, la cultura, la gente de México y por supuesto su familia, que al hablar de ella provocan que su emoción cristalice su mirada esperanzadora.
«Desde que me acuerdo siempre he querido regresar aquí a visitar, yo tengo esa idea, nací aquí pero me fui a los dos años y he perdido como una parte de mi identidad y por eso yo quería venir aquí para saber de dónde vengo, sobre mi familia, porqué nos fuimos, qué podemos hacer para que se queden más personas aquí y no emigren a los Estados Unidos.
Es la primera vez que regreso a esta tierra mía, y me da mucho orgullo estar aquí y me emociona mucho, no he visto a mis abuelos desde que me fui y estoy feliz para conocerlos y saber la historia de mi país, de las personas indígenas de donde nací», manifestó emocionado.
Estudiante de Química y con el sueño de ser profesor, reconoce que antes que nada el programa es educativo, sin embargo, señaló que en la reunión con senadores de la República sí se cuestionó sobre que se hará en caso de que existan deportaciones masivas, «es algo difícil saber que si algo nos pasa allá, aquí no nos van a echar la mano, dicen que hay unos programas pero no se ven que estén tan bien y queremos saber cómo ayudar a que sigan estos y avancen un poco más», manifestó.
Destacó que en Estados Unidos y en Nueva York la gente se está organizando para evitar que se cumplan las advertencias del presidente electo Donald Trump respecto al destino de los migrantes, incluso afirmó que esto ha servido para unir más a la comunidad y luchar juntos «para que no nos pase nada allá y no nos vamos a dar por vencidos, en Nueva York sí sentimos el apoyo».
Mientras que para Juan Díaz, de 22 años, proveniente de Phonix, Arizona, originario de la Costa Grande de Guerrero y con 14 años viviendo en Estados Unidos, considera que sí es preocupante la situación actual en aquel país para los migrantes; refirió que es voluntario en organizaciones que trabajan en campañas de información a la gente para que conozcan sus derechos.
Sorprendiendo por el conocimiento que tiene de la situación, este joven dreamer confía en que Donald Trump cambie su discurso respecto a los migrantes, «sé que la situación es un poco adversa pero esperemos que él (Trump) reconsidere todo lo que perdería, todos los talentos que él perdería si llega a quitar DACA y deportar a muchas familias que han aportado tanto al país», enfatizó.
Con la certeza que le da el conocimiento de la situación actual de México, Juan asegura que el país debe estar unidos, sin importar los colores partidistas, pues de lo contrario asegura que la situación seguirá igual, y la migración también, «se debe trabajar de forma unida con el gobierno de Estados Unidos, sino nada va a cambiar, yo creo que el presidente electo hizo una marca muy grande para que México pueda parar el problema de inmigración».
«Miramos un México que necesita cambios, creo que nosotros como mexicanos sabemos que este es un gran país, lleno de cultura, de tradiciones, de gente muy talentosa, paisajes muy bonitos, miramos un México que tiene todo lo necesario para ser líder mundial, pero desafortunadamente miramos a un México que no se ha unido, necesita un cambio y yo confío en que sí se pueda hacer, México puede ser una gran potencia mundial pero necesita trabajar unido», puntualizó.
Con esta madura reflexión y gran ejemplo que vienen a poner al país, estos jóvenes comienzan su camino de retorno a sus lugares de origen, con grandes expectativas, emoción e inquietud de reencontrarse con sus raíces, de vivir una navidad mexicana en la tierra que los vio nacer. Así, sus maletas de ilusiones ahora regresarán repletas de imágenes, sonidos, olores, sabores, recuerdos de tierras aztecas, pero sobre todo con la esperanza de que algún día las fronteras ya no serán un obstáculo.