Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de junio de 2016.- Los mexicanos son racistas, pero no se asumen así, y la coartada que usan para negarlo es que al compararse con otros países, consideran que en todo caso su racismo es inofensivo, pero no lo es.
Así lo considera Federico Navarrete, autor del libro México racista. Una denuncia, editado por Grijalbo y de reciente aparición.
Entrevistado por Quadratín México, el autor afirma que el racismo es un componente de violencia, de desigualdad, de falta de democracia en México y al redactar su texto buscó abrir un debate con una postura provocadora y hacer pensar a los lectores sobre los efectos perniciosos que dicha conducta ejerce en la convivencia social.
Considera que se ejerce racismo contra los morenos, a quienes se les llama feos, nacos, flojos, en contraste con la población blanca, a la que se considera más bella y merecedora de privilegios, y los medios de comunicación ayudan a reforzar la idea.
Asimismo, en materia de abusos se invisibiliza a la población con menos recursos y por eso el gobierno ha desatendido a migrantes, o no investiga las causas de miles de muertes a causa de la guerra contra el crimen organizado o las desapariciones, y sólo se les criminaliza.
La irrupción del caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa sirvió para hacer visibles a una parte, pero hay miles de desaparecidos o muertos que siguen invisibilizados, critica.
– ¿Es racista México?
– Sí, completamente. Siempre se hace la comparación de sí somos más o menos racistas que otros países y eso siempre se ha usado como coartada para negar nuestro racismo, quizá haya países más racistas pero eso no significa que México no lo sea. Es profundamente racista desde hace cinco siglos, con las separaciones entre indígenas y no indígenas y los blancos, ha sido claro y lo sigue siendo hasta la fecha.
“También está la leyenda de la nación mestiza, que surgió en el siglo 19 y principios del 20 que definía a los mexicanos como una raza homogénea producto de una mezcla entre indígenas y españoles, eso también es una idea racial que genera racismo contra los indígenas que son considerados como contrapropuestos a los mestizos, también contra los chinos, los inmigrantes y un racismo brutal entre los propios mestizos.
“Existen clarísimas jerarquías de que las personas más blancas, los mestizos de tipo más europeo ocupan las más altas posiciones y los más cercanos a los indígenas, los más morenos ocupan las inferiores. El peor racismo que se practica en la sociedad mexicana es entre los propios mestizos”, remarca.
El autor, quien es historiador, señala que la llamada raza mestiza no existe, ya que hay más razas en México, como negros, árabes, europeos y chinos.
Navarrete asegura que en los últimos el racismo ha crecido en México y lo atribuye a los medios de comunicación que excluyen de sus pantallas a personas morenas, es decir, del tipo físico de 80 por ciento de población mexicana y solo aparecen los que son una pequeña minoría.
“Es un racismo simple y llano y se ejerce en las pantallas en la publicidad y en los medios de comunicación”, señala.
De acuerdo con el autor, negar el racismo convine a las élites económicas y políticas porque así naturalizan sus privilegios.
Otra forma de racismo es que se criminaliza a las personas por su aspecto, o se les invisibiliza cuando sufren abusos, como ocurre con las personas desaparecidas o con los migrantes
“En el escenario nacional se hace invisible a la gente en los medios, en la vida pública y cuando les pasa algo también son invisibles y se genera un ambiente de impunidad cuando hay violencia contra estos sectores, a nadie le importa, les importan menos que a los visibles. Cuando alguien de la élite es víctima de una acción criminal eso es noticia y el gobierno hace movilización como en el caso del futbolista (Alan Pulido). Pero cuando se encuentran fosas con decenas de personas a nadie parece importarle porque eran invisibles en vida y lo son después de la muerte”.
Asimismo, se culpa a los pobres de serlo así como de ser atrasados, flojos y mediante estereotipos se les niega derechos políticos, como ocurre con quienes marchan con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y se les descalifica.
Navarrete en su libro da propuestas para cambiar esta situación y comparte con Quadratín México algunas.
“Es un racismo privado que tiene consecuencias públicas, como personas debemos responsabilizarnos del peso de nuestras palabras, que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Congreso de la Unión exijan a las televisoras y empresas de publicidad que dejen de ser racistas dejar de excluir a 80 por ciento de la población y hagan campañas de inclusión con personas de aspecto diferente y que hablen otros idiomas además del inglés y español. Que la industria publicitaria que deje de ser racista que además es anticonstitucional porque es discriminación y debería regularse que no lo sea más y si no quieren dejar de serlo pensar en sanciones y ya no comprarles”, subraya.
Considera que el racismo se ejerce a veces de manera inconsciente, pero ocurre cuando a una persona se le dice naco, o cuando se infravalora el estilo de vida de los campesinos y los hace ver atrasados, no modernos.
Incluso, refiere que una cosa es decir que por ejemplo los de la CNTE tienen costumbres obsoletas y otra que ellos son obsoletos, y dice que se les demoniza sin ver su contexto de marginación.
Otra forma es que se criminaliza a las personas por su aspecto o se les invisibiliza cuando sufren abusos, como ocurre con las personas desaparecidas o migrantes