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CIUDAD DE MÉXICO, 11 de febrero de 2017.- Paulina y Eduardo son amigos desde hace años. Ambos comparten la afición por los patines, cuya práctica consideran más desafiante que las bicicletas.
Ambos salieron a disfrutar del Paseo Nocturno en Reforma por el Día del Amor y la Amistad, organizada por la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema).
La adolescente de 18 años y el joven de 20 son asiduos a los paseos ciclistas y de patines temáticos: han participado en el de Día de muertos y uno felino y hoy no podía ser la excepción.
Él acudió con una capa roja, como un Cyrano de Bergerac, sólo que chilango; ella con una mochila negra adornada con un corazón brillante.
Así lo habían planeado aunque él llegó con una sorpresa: una rosa roja para ella, «un detalle de él para mí», remarcó ella, con una sonrisa que justificaba esa flor y un jardín entero.
Ambos comparten que suelen acudir a los paseos aunque no sean nocturnos y lo hacen acompañados de amigos, pero esta noche sólo están ellos y están dispuestos a disfrutarlo.
«A mí me gusta mucho, es muy padre y me ayuda a no tener estrés y a mejorar las hormonas de la felicidad», dice Paulina, cuya mirada brillante parece ser la confirmación de sus palabras.
«Pienso que es muy bueno porque incrementan la movilidad y el uso de la bici», resume Eduardo sobre los paseos, con argumentos que harían feliz a la impulsora de dicha actividad, la titular de Sedema, Tanya Müller.
Al concluir la entrevista, ambos se ponen de pie, sonríen y salen a disfrutar la avenida –que a ratos hace recordar la de Campos Elíseos, París– con una Luna que eclipsa a las estrellas, un clima que hace olvidar que es invierno y una rosa roja que puede ser algo más que amistad.
Se unen al contingente de ciclistas y patinadores que esta noche decidieron apropiarse de Reforma, en nombre del amor y la amistad.