Terremoto en zona china del Tíbet deja cerca de 100 muertos
ROMA, 1 de marzo (Quadratín México).- En su momento, el papa Benedicto XVI reconoció que existieron “atrasos y lentitud” en El Vaticano para atender las denuncias de abuso sexual de menores contra el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado.
En un pasaje del libro-entrevista “Luz del mundo”, el pontífice calificó al iniciador de la congregación mexicana como un “falso profeta” que condujo una “vida disipada y extraviada”.
Según el pontífice, el descubrimiento de la doble vida del fundador “conmovió” a la Iglesia tras aceptar que las acusaciones contra el sacerdote mexicano “hacía años” que se conocían.
“Lamentablemente, hemos llegado con mucha lentitud y atraso a abordar estas cuestiones. De alguna manera estaban muy bien ocultas y sólo desde aproximadamente el año 2000 contamos con asideros concretos al respecto”, estableció.
Recordó que “la compañera de Maciel dijo que tenía dos hijos con él” y apuntó que “en México ahora se hacen oír voces que dicen que las disculpas públicas de los Legionarios de Cristo no son suficientes y que hay que disolver la comunidad”.
Joseph Ratzinger calificó la figura de Maciel, muerto en Estados Unidos en 2008, como “enigmática” porque por un lado vivió fuera de la moralidad e inmerso en aventuras y, por el otro, construyó con dinamismo y fuerza la comunidad de la Legión.
“Hay que hacer correcciones, pero en términos generales, es una comunidad sana. Hay en ella muchas personas jóvenes que quieren servir con entusiasmo a la fe. Muchos de ellos partieron de una figura falsa, pero al final se han visto llamados a adherir a una correcta”, ponderó.
“Este es el hecho notable –añadió-, la contradicción que, por así decirlo, un falso profeta haya podido tener un efecto positivo. A esos jóvenes hay que darles un nuevo aliento. Hace falta una estructura nueva para que no caigan en el vacío”.
Aunque la sede apostólica declaró que oficialmente las primeras denuncias de las víctimas de Maciel las recibió en 1998, el proceso eclesiástico en su contra comenzó a inicios de 2005, con la toma de declaraciones a los denunciantes en Estados Unidos y México.
En mayo de 2006 la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano sancionó con la suspensión “ad divinis” a Marcial Maciel tras investigar las denuncias de abuso contra menores presentadas en 1998 por ocho ex miembros de los Legionarios de Cristo.
El Vaticano ordenó al sacerdote mexicano retirarse a una vida “de oración y de penitencia”, alejado de toda actividad pública. Así se mantuvo hasta su muerte en enero de 2008.
El escándalo de Maciel y la Legión ha sido uno de los peores para la Iglesia católica en el siglo XX, puesto que el fundador de la orden había sido encomiado como un modelo por el papa Juan Pablo II.
El Vaticano asumió la administración de la Legión en el 2010 y promueve un proceso de reformas en la orden.
Como se recordara la Legión, ha estado plagada por escándalos durante años desde que se reveló que su fundador mexicano, el padre Marcial Maciel, tuvo tres hijos y abusó sexualmente de varios seminaristas.
El escándalo de Maciel, ha sido especialmente delicado ya que el entonces máximo líder del catolicismo Juan Pablo II, lo apoyó como un modelo para los fieles y era admirado por su ortodoxia y su capacidad de atraer dinero y nuevos seminaristas.
La fachada, sin embargo, comenzó a caer en 1997 con revelaciones de sus abusos, aunque solo hasta el 2006 el Vaticano, sancionó a Maciel con una vida de rezo y penitencia por acciones consideradas por la opinión pública como crímenes.
Williams, el cura más prominente en la orden de 800 integrantes, admitió que Maciel, llevaba una doble vida moral, al declarar a un programa de la televisión católica en el año 2009 que las revelaciones representaron un “golpe muy duro para todos”.
En los casos de los otros siete sacerdotes remitidos al Vaticano, la mayoría de las acusaciones se remontan a décadas y algunas eran bien conocidas entre los observadores de los Legionarios, lo que despertó preguntas acerca de si la dirección de la orden conocía los abusos.
Juan Pablo II criticado por solapar a Maciel
Cabe señalar que el Papa Juan Pablo II fue duramente criticado por haber solapado los actos de pederastía del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.
El propio Juan Pablo II no se libraba de críticas. A la mesa de trabajo del Papa polaco habían llegado durante años cientos de denuncias sobre las andanzas y desviaciones del sacerdote Maciel. El Pontífice las despreció. Maciel era uno de sus preferidos.
Llenaba plazas y estadios de fútbol en los viajes del líder católico por el mundo, junto al otro movimiento de moda, el Camino Neocatecumenal del español Kiko Argüello.
Cuando el todavía cardenal Ratzinger clamó contra la “suciedad” interna en su Iglesia, los cardenales se convencieron de que era el hombre a elegir. Dos días más tarde lo hicieron Papa, el 19 de abril de 2005. Fue entonces cuando se empezó a cavar la tumba del hasta entonces intocable fundador de los Legionarios. Una de las primeras medidas anticorrupción del pontífice Benedicto XVI, en mayo de 2006, le alcanzó donde más dolía.
Maciel debía abandonar Roma apresuradamente, y retirarse a su México natal. También debía dejar el poder en manos de alguno de sus colaboradores. La decisión del Vaticano parecía humillante —Maciel era obligado a llevar “una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a cualquier forma de ministerio público”, se le ordenaba—, pero no acalló el escándalo. Demasiado poco castigo para documentadas acusaciones de abusos sexuales en varios países.
Como disculpa, Roma apeló a la edad avanzada del encausado, casi nonagenario. Maciel moriría poco más tarde, en enero de 2008, en Cotija (Michoacán, México). Asunto zanjado, suspiraron sus antiguos amigos en el Vaticano.
Ahora, el movimiento ultraconservador que ha ganado terreno entre las elites sociales y eclesiales en los últimos años, se encuentra en un proceso de reestructuración. Y si bien por mucho tiempo en silencio fueron al asalto de las clases altas y le disputaron la clientela al mismísimo y triunfante Opus Dei del canonizado Escrivá de Balaguer. Apellidos como Oriol o Koplowitz se mueven en su órbita. Son ricos y poderosos. En México les llaman los millonarios de Cristo.
QMX/fm/oab