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Alfa omega del recuerdo
El partido en el poder, Morena, ha logrado consolidar mayorías legislativas y un control significativo sobre los gobiernos estatales. Sin embargo, cabe preguntarnos: ¿para qué quiere Morena tanto poder si no es capaz de gobernar en beneficio del pueblo ni de crear las condiciones para un desarrollo integral y perdurable?
Uno de los ejemplos más claros de su incapacidad es el fallido compromiso de reducir el precio de la gasolina. En 2018, cuando llegaron al poder, el litro costaba aproximadamente 18 pesos. Hoy, siete años después, el precio ha escalado hasta los 27 pesos, impactando negativamente el bolsillo del pueblo. Y ante su evidente fracaso en cumplir con esta promesa, el gobierno de Morena ha decidido recurrir a la imposición arbitraria de un “decretazo” para obligar a los expendedores a fijar el precio en 24 pesos, una medida que lejos de resolver el problema, lo agrava al generar distorsiones en el mercado y afectar a los propios consumidores a largo plazo.
Morena no tiene pretextos para entregar buenas cuentas al pueblo de México. Cuenta con todos los recursos políticos e institucionales para gobernar con eficiencia y responsabilidad, pero ha demostrado que su prioridad no es el bienestar del país, sino el de su cúpula política. En lugar de promover políticas públicas que impulsen el crecimiento económico, han optado por medidas populistas y cortoplacistas que sólo agravan los problemas estructurales de la economía.
Prohibido el nepotismo, pero en la casa de enfrente, porque en Morena es la lógica de su círculo vicioso de complicidad, pillería y bravuconada.
Cuando el gobierno de Estados Unidos exige acción, Morena sí responde. Ahí sí hay detenciones, “traslados” y operativos inmediatos. Pero cuando el pueblo de México les pide justicia, seguridad o acciones concretas, simplemente descalifican y se hacen tontos. Su doble moral es evidente: sirven a sus intereses mientras ignoran las necesidades de quienes los eligieron.
La corrupción, la ruindad y la perversidad no están en el Poder Judicial, como tanto insiste Morena, sino en el Poder Ejecutivo y todo su aparato de cómplices. Desde la presidencia hasta las instancias encargadas de la seguridad y la justicia, han demostrado ser expertos en manipular, encubrir y servirse del poder en beneficio propio. Mientras acusan a otros, ellos saquean y destruyen las instituciones del país con total impunidad.
No le pidamos peras al olmo. Su voluntad ha quedado clara: servirse del presupuesto, enriquecerse, hacer alianzas perversas y olvidarse de quienes juraron representar. La realidad es que a Morena el país se le cae a pedazos porque su gobierno está compuesto por personas incapaces, ladronas y mezquinas.
Si no corregimos el rumbo, el costo de su mal gobierno lo seguirá pagando el pueblo de México por generaciones.
*Presidente Nacional del PRI.