Malas prácticas limitan crecimiento profesional de mujeres en la economía

CIUDAD DE MÉXICO, 14 de marzo de 2023.- Al cuarto trimestre del 2022, solamente 45.9 por ciento de las mujeres mayores de 15 años trabajaron de forma remunerada, y de ellas, 95 por ciento también realizó tareas domésticas y de cuidados sin remuneración. Por contraste, el 76.4 por ciento de los hombres trabajaron de forma remunerada y sólo 68.87 por ciento realizó tareas domésticas.

Estas cifras forman parte del reporte “Mujeres en el Mercado Laboral” presentado por Consultoras en Género y Gobierno (CGG)* en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Uno de los datos más relevantes es el crecimiento en el empleo femenino en 2022 a niveles pre-pandémicos. La tasa de participación laboral en 2019 fue de 44.8 por ciento, al año siguiente descendió a 41.1 por ciento por el cierre de actividades económicas, principalmente las relacionadas con servicios. En el cuarto trimestre del año pasado llegó 45.9 por ciento por la recuperación de este sector de la economía.

El progreso laboral de las mujeres no sólo encuentra dificultades en ingresar a más mujeres a la economía, sino en que las que ya están avancen en la escalera corporativa. Las mujeres, desde que inician su etapa laboral, tienen desventajas por la carga inequitativa de trabajo doméstico.

La Dra. Virginia García Beaudoux, especialista en liderazgo con perspectiva de género, menciona que “cada hijo cada hijo le cuesta una mujer entre dos y tres años de retraso con relación al desarrollo de su carrera… La maternidad cobra un muy alto peaje a las mujeres en las posibilidades de desarrollo profesional”.

Las tareas domésticas no remuneradas consumen una gran parte de su tiempo disponible. La brecha salarial del 14 por ciento, sumada a tener menos horas de trabajo remunerado, contribuyen directamente a que las mujeres cuenten con menores ingresos. Adicionalmente, la preponderancia de las mujeres en el trabajo informal, que representa el 62.7 por ciento de los trabajadores en México. La precariedad de estos trabajos agrava las condiciones de desigualdad de las mujeres en México.

En México, casi el 70 por ciento de las mujeres trabajan como asalariadas, 23 por ciento trabajan por cuenta propia y solo el 2.7 por ciento son empleadoras. Hay pocas mujeres ocupando puestos directivos, pues acceder a ellos está limitado por los “techos de cristal”, que son aquellas barreras “invisibles” que les impiden ascender en la escala corporativa, a pesar de sus talentos y habilidades. Estos obstáculos van desde el acoso sexual y laboral, la exclusión sistemática y las brechas salariales, entre otras.

El documento permite analizar cómo, para erradicar las prácticas formales e informales que afectan el desarrollo del talento femenino, es importante hacer diagnósticos profesionales dentro de las organizaciones y dar recomendaciones para conciliar la vida personal y familiar, aplicar acciones afirmativas para el crecimiento, equilibrar la carga de trabajo y aplicar las mejores prácticas para atraer y retener el talento femenino.