Con cédula digital avanza IMSS en la transformación de sus servicios
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de abril de 2018.- El problema de salud pública que genera el uso de marihuana –como el de las drogas en general–, es un asunto nacional, y no existe ninguna evidencia de que esté más acentuado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que en el resto del país, ni un solo estudio que lo demuestre, afirmó el ex rector Juan Ramón de la Fuente.
Al dictar la conferencia magistral Marihuana y salud, organizada por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), indicó que en la Universidad sí se estudia esta problemática y cuenta con la Clínica para la Atención para las Adicciones, donde se brinda información y asesoría a los integrantes de la comunidad que soliciten sus servicios.
“Entonces se aborda el problema como debe hacerse: con más investigación, información, y con servicios de prevención tratamiento y rehabilitación”.
Se trata de un asunto real, complicado y con dimensiones que lo hacen, a veces, particularmente difícil, pero sin ninguna evidencia de que en la UNAM haya más consumo que en otras instituciones o entidades del país; sin embrago, “tampoco somos una ínsula, no podemos estar al margen de los problemas nacionales”.
En el cuarto piso de la Torre II de Humanidades, consideró que el consumo de drogas ha aumentado, hay más oportunidades de acceder a una gran variedad de éstas, y cada vez son más baratas, por lo que los jóvenes son el sector que más preocupa por ser particularmente proclives a usarlas y experimentar con ellas. “Sí, todo es cierto y estamos tratando de enfrentarlo”.
De hecho, abundó, “de la Universidad han surgido, y seguirán surgiendo, propuestas, para ver si los que tienen la última palabra, revisan sus políticas públicas y sus estrategias, porque las que hasta ahora han aprobado no funcionan, según lo podemos mostrar”.
De la Fuente expuso que esta casa de estudios “no sólo enfrenta el problema de cara, también plantea alternativas y soluciones, y por supuesto queda claro que al crimen organizado no se le va a combatir, y menos en la Universidad, con balas, quien piensa que eso tiene posibilidades de prosperar no ha acabado de entender el problema”.
Reconoció la apertura de la Universidad para hablar y discutir abiertamente de este tema, motivo de preocupación institucional y nacional, sobre todo porque aquí se han hecho estudios serios al respecto, como el libro Marihuana y Salud, obra coordinada por el ex rector de la UNAM, y que nació de los trabajos de un grupo de investigadores de la Academia Nacional de Medicina de México y de la Facultad de Medicina de la UNAM, mediante el Seminario de Estudios de la Globalidad, también de esta casa de estudios.
Dicho texto, indicó, puso en blanco y negro la perspectiva de la marihuana, una de las drogas de mayor consumo en el país entre los jóvenes de entre 12 y 17 años, edades donde el sistema nervioso central no ha madurado, por lo que cualquier sustancia nociva representa la posibilidad mucho mayor de daño neurológico.
Entonces, el principal factor de riesgo es el consumo temprano de cannabis, sobre todo porque los opioides empiezan a invadir el mercado de las drogas, sustancias mucho más peligrosas, y aquí es importante la responsabilidad de los padres de familia y del sistema educativo, “esa es la clave: educación y prevención”.
Como médico, no recomiendo el consumo de drogas, éstas dañan la salud. Sin embargo, “usarlas no te convierte en un delincuente, esa es la gran diferencia, existen sustancias legales, como el alcohol y el tabaco, que son mucho más dañinas que la propia marihuana”, enfatizó.
Advirtió que el alcohol es la verdadera droga de entrada para el consumo de otras sustancias prohibidas, “sea cocaína, inhalables, marihuana, crack. Si los jóvenes empiezan a beber tempranamente, podrían iniciar el uso de estupefacientes».
“La verdadera prevención, el gran esfuerzo a realizar, es evitar a toda costa el consumo de alcohol en menores, no solo por su efecto en el sistema nervioso central que no está suficientemente maduro, sino porque mientras más temprano empiezan a beber, mayor probabilidad del consumo de otras drogas existe», apuntó.
«Es ahí donde entran alternativas como el deporte y la cultura, mantener a los jóvenes informados, educados y con actividades complementarias y no en la cárcel que es lo que provoca el prohibicionismo», acotó.
«Es necesario hablar de estos temas con los estudiantes, las drogas ahí estarán y cada vez hay más, los jóvenes tienen mayor exposición a las drogas, sin embargo, “esto no se resuelve con balas, sino con información, prevención, educación y la generación de conciencia”, advirtió Juan Ramón de la Fuente.
Los cambios propuestos en el marco legal desde la Universidad, son a partir de una perspectiva de la salud, los cuales dan al problema una mayor racionalidad;” los adictos no son enfermos, el prohibicionismo los criminaliza, es injusto hay que cambiar su trato de delincuentes a pacientes, concluyó.
Estuvieron presentes, la directora del CEIICH, Guadalupe Valencia García, y John Saxe Fernández, coordinador del Programa México en el Siglo XXI, y organizador del encuentro.