Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Castigo a los poderosos
Todavía resuenan en los pasillos del palacio de Gobierno de Veracruz los dichos y alardes de Javier Duarte de Ochoa en sus momentos de gloria.
Hoy, después de mucho, el gobernador pidió licencia un mes y medio antes de terminar su gestión. Por entonces aquello era una fiesta y él, el anfitrión y festejado… Hoy, la fotografía que adornaba despachos es sacada a rastras, de forma humillante del recinto gubernamental.
Por entonces la gloria del poder se le asomaba en la cara y en el amplio cuerpo, como cuando en tono de burla asestó el 19 de octubre de 2013 “He escuchado voces que dicen: ‘gobernador, póngase canijo, deles unos guamazos y quítelos’” o como cuando en octubre de 2014 dijo: “Antes se hablaba de balaceras y asesinatos, de participación de la delincuencia organizada, y hoy hablamos de robos a negocios, de que se robaron un Frutsi y dos Pingüinos en el Oxxo”…”…
Por entonces era un gobernador protegido por el gobierno de Enrique Peña Nieto y por el priísmo nacional. Precisamente Duarte, junto con otros dos cachorros del priísmo, fueron presentados como la novedad juvenil del Partido Revolucionario Institucional:
Exultantes decían que ellos representaban los nuevos tiempos y las nuevas formas de un priísmo renovado luego de los fracasos electorales de 2000 y 2006… Eran Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz; César Duarte Jáquez de Chihuahua y Roberto Borge en Quintana Roo…
Por ese apoyo que es fortaleza política, los tres hicieron y deshicieron en sus estados: súper poderosos decidían a todo su ancho y a toda su distancia. No fueron la excepción. Muchos como ellos ha habido y aún hay. Pero estos tres tuvieron la particularidad de contrariar al sistema político priísta llevándolo a la bancarrota electoral, y tuvieron que pagar los platos rotos…
Así que los tres están en la mira de las responsabilidades públicas. En los tres casos hay presunción de delitos en contra de los bienes públicos y acaso más, si se prueba.
En el caso de Javier Duarte de Ochoa, hay acusaciones de corrupción, malversación de fondos públicos y aumento de homicidios durante su gestión. En Veracruz ya se investiga a Duarte de Ochoa por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal.
Él, intenta defenderse. A través de medios ha mandado mensajes como: “Me voy con la conciencia tranquila”, dijo después del 12 de octubre; ahí mismo desechó las acusaciones en su contra diciendo que son “infamias y calumnias sin sustento”. Los procesos legales de investigación habrán de decir verdad o mentira: si es que no mienten.
En todo caso la solicitud de licencia al cargo de gobernador 48 días antes de su conclusión puede contener estrategias de defensa, aunque para muchos esta licencia llega demasiado tarde y no es, en sí misma, una solución: lo legal sería que si hay responsabilidad se cumpla con la ley.
Y mientras muchos saboreaban el fracaso político del PRI en los tres gobernadores ‘ejemplares’, la Interpol emitió ficha roja para buscar y encontrar al ex gobernador de Sonora (2009-2015) por el Partido Acción Nacional: Guillermo Padrés Elías.
A petición de la Procuraduría General de la República, la Policía Internacional emitió, con fecha 3 de octubre de 2016, la ficha roja con fines de búsqueda, localización y en su caso extradición.
Luego de una larga cadena de amparos e intentos de defensa legal, Padrés pierde fuerza de defensa. En el documento para su búsqueda se lee: “Prófugo buscado por un proceso penal”.
Ésto en base a la presunción de diferentes delitos, como operaciones con recursos de procedencia ilícita, lavado de dinero por 8.8 millones de dólares y defraudación fiscal equiparada, según el juez décimo segundo de distrito en procesos penales federales, Guillermo Urbina.
Sin embargo, no deja de llamar la atención que en todos los casos, las acusaciones tienen un origen político y es entre políticos que se dirime. La sociedad apenas es testigo de estos sainetes a pesar de que es esa sociedad es la agraviada en su hacienda y en su vida política y social.
Oaxaca está a punto del cambio de gobierno. El gobernador Gabino Cué Monteagudo dejará a la administración de Alejandro Murat Hinojosa (PRI) una deuda que asciende a 14 mil millones de pesos, según Enrique Arnaud Viñas, secretario de Finanzas, quien dice que este pasivo duplica el acumulado hasta la administración del priísta Ulises Ruiz Ortiz de 2004-2010 y que fue de casi 7 mil millones de pesos, y no a 4 mil 615.4 millones, como informó Gerardo Cajiga Estrada, el primer secretario de Finanzas de Gabino Cué.
El tema es: ¿cómo se llegó a este punto de endeudamiento de gobierno y que tendrán que pagar los oaxaqueños? ¿En dónde quedaron los recursos asignados? ¿El gobierno de Murat hará las investigaciones correspondientes e informará a los oaxaqueños de esta situación? Eso se espera… Y ya veremos.
Mientras tanto, las cuotas de castigo para partidos políticos están parcialmente cobradas en el PRI y en el PAN… Falta un representante de partido de izquierda… ¿quién podría ser?