Itinerario Político
El Municipio ¿libre?
Poco a poco se desgrana la mazorca. Por cualquier lado del país, en su estructura de gobierno, aparecen cada vez más problemas por el uso de los recursos públicos; ya por falta de ellos para llevar a cabo la tarea de gobierno; ya porque algunos vivillos y coleando se sirvieron con la cuchara grande para llevarlos a sus arcas pecaminosas o por pura mala administración y mala cabeza.
Según el artículo 115 Constitucional “Los Estados adoptarán, para su régimen interior, la forma de gobierno republicano, representativo, popular, teniendo como base de su división territorial y de su organización política y administrativa el Municipio Libre…”
Y de ahí en adelante describe este artículo la forma de integración, gobierno y, por supuesto, de administración. Esto es: cómo se hará de recursos, ya por sus propios ingresos, los acuerdos con el gobierno estatal y las contribuciones del gobierno federal… Así que por ganas de tenerlo bien y en orden no queda…
Pero no es así. Durante mucho tiempo los 2,440 municipios que tiene el país ha habido problemas de índole diversa: por razones políticas cuando se trata de integrar gobierno, por razones sociales porque la participación es ahí más directa e inmediata, y porque desde hace tiempo contar con un municipio para su administración y gobierno puede convertirse en una mina de oro o en un ‘infierno sin cesar’…
El municipio es, sí, la base de nuestra administración pública y de nuestra democracia. Es en cada uno donde se concentran los grandes problemas nacionales, en donde se vive el día a día del impulso social colectivo y también, claro, en muchos casos el fenómeno del crimen y la violencia.
Es, por así decirlo, cada uno de nuestros municipios nacionales, el eje central de nuestros aciertos o fracasos de organización y política, de participación y de negación…
Pues nada, que luego de que se conocen los chanchullos y presuntos delitos que perseguir de gobernadores priístas, panistas y los que se acumulen y que ya hoy mismo están poniendo sus barbas a remojar, resulta que muchos de los municipios de México están con el “¡Jesús!” en la boca por aquello de que se les acabó el dinero de manera extraordinaria o por razones ‘de índole diversa’.
Así que según la Secretaría de Hacienda, de los 2,440 municipios mexicanos, 830 de ellos –o sea, el 34% del total—están endeudados por 47,243 millones de pesos.
De alguna manera esto significa un desastre administrativo, atribuible a gobiernos actuales en indebidos –no necesariamente ilegales- manejos de los recursos del Municipio o bien porque con mucha frecuencia éstos heredaron deudas de administraciones anteriores o, acaso, como es el reciente ejemplo del estado de Veracruz, muchos municipios no recibieron sus participaciones de parte del gobierno estatal.
También puede ser que el motivo de las deudas tiene que ver con chanchullos y desviación de recursos para beneficios por investigar…. Pero, en todo caso lo que es cierto es que estos municipios están en la última pregunta y no tienen para dónde mirar…
Naturalmente hay muchos factores que conducen a este panorama que tiene que ser investigado y puesto en derecho lo más pronto posible; evitar que administraciones hereden deuda a nuevos gobiernos y que en ese caso haya una exigencia inmediata de investigar las razones y, si fuera necesario, que se hagan los procedimientos legales correspondientes.
Pero sobre todo, urge una vigilancia permanente y segura, transparente y eficaz de los recursos que se asignan a gobiernos estatales y, por supuesto, a gobiernos municipales, que ya se ve que de pronto se convierten en mina de oro para muchos, en corrupción para muchos y en quebranto para casi todos los que ahí viven.
José Antonio Meade, el Secretario de Hacienda, está obligado a atender estos fenómenos de endeudamiento y sus razones. La hacienda nacional tiene muchas grietas y descuidarlas produce crisis económica. La que ya vivimos es grave, y peor será si no se atienden estas fugas, para solucionarlas pronto.