Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Comienza una nueva etapa de gobierno en Oaxaca. Lo que no quiere decir que se esté frente a un cambio social o que los grandes problemas se hayan desaparecido como por arte de magia.
Ojalá este cambio no resulte en el parto de los montes, como fue el de Gabino Cué.
Pero como decía don Jesús Reyes Heroles, un priísta de los ilustrados: “la forma es fondo” y en esas estamos.
Llama la atención la manera tan, digamos, espectacular, como tomó posesión a la 1.30 de la madrugada el nuevo gobernador de la entidad.
Por dos razones:
No es usual, pero también muestra una forma de temor y debilidad de inicio.
Sin embargo también tiene un tufo escenográfico toda vez que hay indicios de que previamente tanto el nuevo gobierno como las organizaciones platicaron sobre el tema… Y si es así, ambas partes se prestaron a un montaje teatral que nada tiene que ver con lo ‘políticamente correcto’…
El tema es que ya desde ahora comienzan a negociarse posiciones y comienza a negociarse el beneficio para cada parte:
El tema es ¿cuál será el costo para los oaxaqueños? Esto en términos económicos y en términos de armonía colectiva y crecimiento.
El señor Gabino Cué Monteagudo se fue en medio de la indignación oaxaqueña por su malísima gestión y porque se va dejando endeudadas las finanzas de Oaxaca: 20 mil millones de pesos a lo mínimo. (3.8 millones de habitantes en 2010)
Y cuando los oaxaqueños exigen que el nuevo gobierno actúe en ley para exigir cuentas y para fincar responsabilidades, el gobierno del señor Murat, evade concluir y, él mismo, ha dicho que “no está en su agenda perseguir a Cué”.
Lo que no toma en consideración el gobernador es que esto SI está en la agenda de los oaxaqueños: recuperar lo que pudo ser desviado y que quienes cometieron delito cumplan en ley. Porque ese dinero es el resultado del trabajo de millones de oaxaqueños, los mismos que viven hoy mismo en pobreza y hasta miseria.
El señor Murat si tiene compromisos, precisamente, con los oaxaqueños que lo hicieron gobernador…
Ahora él tiene responsabilidad con todos nosotros y con los oaxaqueños que no están en el estado, que están trabajando lejos bajo terribles amenazas y cuyas remesas nutren la economía de sus municipios y ayudan a mantener a la entidad en su administración…
Con ellos también tiene responsabilidad el señor Murat Hinojosa.
En todo caso, ya estamos en tiempo para que el señor Murat Hinojosa debiera decir qué va a ocurrir con la deuda y con los presuntos actos de corrupción que vivió Oaxaca: hubo un proceso de entrega – recepción de la administración. ¿Qué recibió entonces? ¿Cuál es el informe?
Luego, ha dicho que “ya se terminó el tiempo de lo políticamente correcto”. Si entendemos como políticamente correcto el actuar en democracia, en orden social, en gobernabilidad y en desarrollo económico desde el gobierno, entonces a qué se refiere…
¿Acaso a la debilidad con la que manejó el problema social el ex gobernador Cué?
Si lo vemos con suspicacia esto suena a amenaza de endurecimiento con los oaxaqueños que exijan cuentas de gobierno. ¿Esto significa que entramos en un momento de lo ‘políticamente incorrecto’ en Oaxaca?
En fin que sí, que la forma es fondo, y lo que vemos ahora, por las señales mínimas a unas cuantas horas de gobierno, todo parece indicar que estamos frente a un gobierno que aún no entiende a Oaxaca y a los oaxaqueños, en sus problemas esenciales, pero también en su personalidad y en sus aspiraciones… Ojalá aprenda pronto porque no se llega al gobierno para aprender, si para dar resultados que beneficien a todos.
Y, nada más como cereza al pastel:
Llama la atención que durante su campaña para ser gobernador muchas mujeres salieron a apoyarlo y prometió entonces que en su gobierno habría paridad de género…
Resulta que en su gabinete de gobierno, de 17 posiciones fundamentales, tan sólo 4 son ocupadas por mujeres… ¿Así van a ser los cumplimientos?