Visión financiera/Georgina Howard
Periodismo de color escarlata
El periodismo es una actividad de riesgo. Es, diría Michael Ende, “La historia interminable”. Pero es así, y así será siempre, aunque una de los síntomas de que una democracia está consolidada es la garantía de que los periodistas cumplen con su tarea de informar y analizar sin riesgos y sin amenazas, sin pérdida de vidas o daños patrimoniales.
Desde que nació nuestro periodismo mexicano ha sido perseguido. Las Hojas Volantes que se distribuían durante la Colonia indignaban al gobierno virreinal porque en ellas se expresaban reclamos por abusos en contra de indios, mestizos y criollos.
Y porque denunciar e informar podía costar la vida y, por lo mismo, se hacía de forma subrepticia. Los pliegos se pegaban durante la noche en portales y lugares estratégicos de la capital de la Nueva España para que ‘…sepan cuantos…’
Y qué tal el periodismo del Siglo XIX, siempre perseguido y en muchos casos con la gente que lo hacía en el “bote” por andar de “argüenderos”, se decía. Lizardi pago con cárcel su creencia en la Libertad de Imprenta que al principio de la Independencia mandó la Constitución de Cádiz…
Y los viajes de “rectificación” con que se castigaba durante el Porfiriato a quienes se atrevían a hacer objeciones al gobierno y a sus operarios. Esto se extendió hasta el gobierno de Carranza. ¿Qué era? Se detenía al periodista que hubiera escrito algo incómodo, aunque tuviera razón, lo llevaban por ahí “a dar una vueltecita” para que luego rectificara; antes lo dejaban como Santo Cristo, que se dice.
Durante muchos años la prensa mexicana del Siglo XX guardó silencio precavido. Aunque no faltaron los medios rezongones y anti sistémicos que aparecían por aquí o por allá: “Regeneración” de los hermanos oaxaqueños Flores Magón fue uno de esos medios…
Los periódicos de la etapa industrializada a principios del siglo XX hacían lo que podían para informar sin que “el señor se enojara”… Pero muchos lo hacían a su manera y para no ser aplastados como cucarachas…
Luego de 1968 ya nada sería igual. La prensa se volcó en responsabilidad y parte de ella denunció los abusos y el extremo uso de la fuerza de gobierno en contra de los muchachos que ese año lo único que quería es que se escuchara su voz y sus reclamos.
Excélsior el 8 de julio de 1976 pagó con su vida decir verdades de a kilo; pero de ahí surgieron como ramas de árbol frondoso revistas como Proceso y periódicos como aquel primer UnomásUno y La Jornada… El tono y la forma de decir las cosas contagiaron a otros medios y de ahí se comenzó a vislumbrar un nuevo tono a esa Libertad de Expresión siempre al filo de la navaja, que dijera W. Somerset Maugham.
Por eso, discursos como el del presidente Enrique Peña Nieto, el 15 de mayo, frente al Consejo de la Comunicación, nos dejan un mal sabor de boca porque refieren una asignatura pendiente no sólo de nuestra historia, sino de su propio gobierno durante el cual han muerto una gran cantidad de periodistas, y tan sólo en lo que va de este año 8.
Dijo ahí: “Libre periodismo es condición indispensable en una sociedad democrática”. Pero si esto fuera así, no habría necesidad de discursos que son más retórica que una realidad.
Y tan es así que en la misma ceremonia el periodista Álvaro Delgado, de Proceso exhibió una pequeña manta que decía: “Basta de sangre, rectifique presidente #Niunomás”.
De inmediato –siguiendo su costumbre – las huestes de la seguridad presidencial corrieron a retirar el reclamo. El presidente calmó la furia de sus cuidadores con un paternal:
“Déjenle que exhiba –señores amigos del Estado Mayor Presidencial–, déjenle que exponga su manta, estamos hablando de espacios plurales y de libertad de expresión”.
Pero esa libertad de expresión inconclusa en México ha propiciado reclamos internacionales de organizaciones de Derechos Humanos y defensa de las libertades.
La Canciller alemana Angela Merkel se refirió al tema de la muerte de periodistas en México en tono de reclamo porque no se abate la impunidad ni se detiene a culpables…
También la embajadora de EUA en México, Roberta Jacobson, desde el 15 de mayo pide al gobierno de México el esclarecimiento de la muerte de periodistas aquí, en particular de Javier Valdez, al que la embajada de EUA rindió un homenaje enviando a redes sociales la imagen del periodista, la bandera de Estados Unidos y un moño negro en señal de luto…
Pero nada hay luego de más de un mes de muerto Valdez, y nada de los demás periodistas asesinados. Todo es promesas de investigación y de puntos finales. Pero nada, nada, nada… Ah, sí: discursos en los que se dice que aquí, en México, el gobierno es respetuoso de la libertad de expresión, y del ejercicio periodístico…