Abanico
La indignación nacional
El 1 de julio de 2018 se elegirá en México al nuevo presidente de la República, 128 senadores y 500 diputados federales, además de 2,818 autoridades locales. Y como que no quiere la cosa, antes y después de los sismos de septiembre, la lucha por el poder continúa dando vueltas a la noria y ya están ahí las estrellas, estrellitas y asteroides de la política mexicana para el sacrificio por la patria… Son los mismos de tantos años, si se ve bien.
Pero mientras son peras o son perones, lo que ocurre por estos días es el gravísimo deterioro de la confianza social en la política y los políticos. Esto que ya se ha observado y dicho a vasto, es ahora el principio sobre el que los partidos políticos habrán de diseñar sus estrategias para ganar las elecciones del próximo año… si quieren ganar por mayorías.
Y no es fácil. La gente de todo el país quedó estupefacta al ver el desdén con el que esos políticos que dicen ser los salvadores de la patria se enfrascaban en una lucha por los recursos económicos, en el pichicateo y resguardo, así como el posterior pleito por ver quién da más, como si lo que habrán de reembolsar fueran recursos de sus bolsillos y no dinero público con el que se nutren año con año, con elecciones o sin ellas y por lo cual se cumple el apotegma de Carlos Hank González: “político pobre, pobre político”.
En tanto se dirime si el financiamiento de los partidos políticos deja de ser con recursos públicos o no, según propuso el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a través de su presidente Enrique Ochoa Reza, o si como Ricardo Anaya, comienza una etapa de austeridad para recabar fondos, pero a la manera empresarial: despidiendo gente de su partido, sobre todo quienes están contratados por honorarios, los que a partir de ya son también damnificados de septiembre…
O la señora Barrales, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que dice que contribuirán, pero antes verá la forma de hacerlo, pero que tiene que ser en ley y que tiene que hacerse de forma eficiente… y que…; Morena, por su parte dice que va a repartir el dinero de sus prerrogativas, pero de forma directa para evitar chanchullos con estos dineros públicos…
El Verde Ecologista ya fue a anunciar su bondad al Instituto Nacional Electoral (INE), misma institución de lo electoral que, asimismo, se hace la remolona y no quiere ayudar en nada más que en su tarea: la de la democracia, entendida esta a su manera, que es decir, siempre expectativa, nunca consolidada mientras sigan cobrando y gastando lo que no es suyo como si viviéramos en el país de las maravillas…
Y en esas aguas lodosas ya estamos en el periodo electoral. Y es que parece que los dirigentes de los partidos políticos y su gente no se dan cuenta de la crisis por la que atraviesan. Si ya antes la desconfianza en todos ellos estaba a la vista-al portador, ahora es mucho más nítida y se toca en el aire de todo el país:
Quienes antes estaban dispuestos a acudir a las urnas para votar por su gallo, ahora lo piensan; y quienes dudaban probablemente irán pero para castigar a los candidatos y sus partidos políticos. La altísima abstención ya se presagia y la anulación de boletas con leyendas indignadas se adivinan en la actitud de miles de mexicanos que se sienten agraviados por la actitud de los políticos de todo nivel y de todo partido.
Va a ser muy difícil recuperar la confianza ciudadana para la política mexicana, para los políticos y sus institutos e instituciones de lo electoral.
Ya se ven campañas formales para solicitar la devolución de recursos; ya se ve cómo hay campañas para detener el altísimo presupuesto que pidió el INE para el año próximo (25 mi l millones de pesos) habida cuenta de que el mismo presidente Peña Nieto dijo que la reconstrucción de las zonas afectadas costará algo así como 35 mil millones de pesos; que es decir, diez mil millones más de lo que gasta el INE en un año…
Lo que está más claro que el agua y más transparente que la transparencia que juran y perjuran los gobiernos federal, estatales y municipales, es que la gente está indignada.
Los políticos y toda la parafernalia lo saben, pero como si nada… ellos en su camino; ellos en su lucha por los privilegios, las prebendas, las prerrogativas y el poder-por-el-poder: hedonismo político.
Ahí está el señor Enrique Ochoa Reza (PRI) que sigue un discurso metido en su disco duro en el que son ellos los salvadores de la patria cuando su partido y su gente han sido los beneficiarios y aun los pillos que presuntamente se han llevado el dinero público, como se ve en ejemplos recientes: los gobernadores Duarte, Borge… sin que hayan probado su inocencia…
Y los del PAN con Anaya que no ha explicado lo del enriquecimiento propio y de su familia; o la señora Barrales que no ha explicado lo de su propiedad en Miami y en México luego de su trabajo como aeromoza… Y qué tal los fundadores del Verde que tampoco explican riqueza alguna…
Todo está montado en corrupción e impunidad. Y sobre esas bases construyen sus campañas y su guerra por el poder.
La sociedad civil salió a las calles. Es una muestra de fortaleza. Y si esta misma sociedad civil que se mostró solidaria e indignada repite su hazaña el primero de julio de 2018, entonces sí que estaremos frente a un cambio radical en el sistema político mexicano. Ya veremos.