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PUERTO SAID, Egipto, 26 de enero (Quadratín México).- El ejército egipcio se desplegó en esta ciudad mediterránea de Port Said, en el noreste de Egipto, después de que 22 personas murieron y 200 más resutaron heridas tras estallar disturbios en las afueras de la principal prisión de esa entidad, cuando los manifestantes intentaron liberar a sus familiares, quienes han sido sentenciados a pena de muerte por otros desmanes el año pasado durante un partido de futbol.
Los enfrentamientos que se produjeron tras la sentencia de pena de muerte emitida por un tribunal egipcio contra simpatizantes del equipo de futbol local, Al-Ahly debido a que se les halló responsables de disturbios el año pasado, en los que murieron 74 personas.
Según la televisión estatal egipcia, que citó una fuente del ministerio de Salud, al menos dos de los 22 muertos se registraron en las afueras de la cárcel de Port Said, cuando los familiares furiosos intentaron tomar por asalto las instalaciones para liberar a los sentenciados.
La policía lanzó gas lacrimógeno y balas de goma contra la multitud, matando e hiriendo a manifestantes fuera de la prisión.
El tribunal de El Cairo ha entregado el veredicto al clérigo más importante del país para su dictamen final. Las ejecuciones en Egipto deben ser autorizados por el Gran Mufti.
Asimismo, fijó el 9 de marzo como plazo para dictar el veredicto contra los restantes 52 acusados en el caso, entre ellas nueve policías.
Vehículos blindados fueron desplegados para dispersar a los manifestantes, mientras en algunas calles cercanas a la prisión se libraron auténticas batallas campales.
Los fans incondicionales del club Al-Ahly, conocidos como el “Ultras”, que jugaron un papel clave en el levantamiento de 2011 que derrocó a Hosni Mubarak, habían estado tomando las calles para exigir castigo severo a los responsables de las muertes del estadio.
Los incidentes en el estadio fueron protagonizados por hinchas, con la participación encubierta de opositores y simpatizantes del antiguo régimen de Mubarak y la connivencia de las fuerzas de seguridad, según la investigación posterior.
Las sentencias se produjeron después de un día de enfrentamientos en El Cairo, que dejaron al menos siete muertos y 456 heridos, en el marco de la celebración del segundo aniversario de la revolución popular.
Las manifestaciones se caracterizaron por ser actos en contra del gobierno de Morsi, de tendencia pro islámica, e incluso pedían su renuncia y que se derogue la nueva constitución, que limita libertades a las minorías religiosas y étnicas.
Los opositores dicen que el presidente Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes “han secuestrado la revolución”
El Ministerio del Interior de Egipto indicó en un comunicado que la situación en varias provincias del país “ha llegado a un nivel de violencia sin precedentes contra los edificios públicos”.
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