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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de abril de 2017.- Pese a que en México existen disposiciones legales que establecen como edad mínima para contraer matrimonio los 18 años, en varias entidades del país todavía adolescentes —desde los 14 años— pueden contraer matrimonio.
Esta condición se da con la autorización de sus padres, madre o en ausencia de ésta, o con la dispensa de algún juez, “en franca violación acuerdos internacionales y a la propia legislación mexicana”, así lo advierte un estudio realizado por el Senado de la República.
El documento advierte que en el matrimonio infantil, en muchas ocasiones, son fomentados por los padres que presionan a sus hijas e hijos para casarse en caso de existir un embarazo, siendo común esta práctica entre niñas y adolescentes, debido a que es mal visto ser madre soltera.
En algunos contextos —señala el estudio— el matrimonio puede ser visto por niñas y adolescentes como un mecanismo para encontrar una salida a problemas sobre sexualidad o de violencia en las familias, por lo que, el matrimonio constituye una forma de escapatoria a estas circunstancias sociales.
Entre las consecuencias del matrimonio infantil está el que los menores de edad se queden atrapados en un círculo de violencia, lo que puede ocasionar consecuencias de orden físico o intelectual; el embarazo infantil y adolescente, que está demostrado que daña la salud física, psicológica y emocional.
De acuerdo al estudio —elaborado por el Instituto “Belisario Domínguez” del Senado de la República— a nivel físico, el matrimonio infantil y el embarazo, generalmente viene de la mano de altos riesgos de fisura obstétrica, mayores índices de mortalidad infantil y madres que tienen que ir por procedimientos de aborto que son inseguros.
Hay que resaltar que riesgo de mortalidad materna es cuatro veces más grande entre niñas de 16 años que entre mujeres adultas. De igual manera, la relación entre matrimonio infantil y deserción escolar también es identificable. Entre mayores niveles de educación existan, menores son los índices de matrimonio infantil.
“El matrimonio infantil también se relaciona de manera estrecha con la existencia de condiciones de pobreza, por lo que esta práctica es común en las zonas rurales donde existen importantes niveles de pobreza”, resalta el instituto parlamentario.
Trabajo legislativo pendiente
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (Enadid), tres, de cada cuatro, adolescentes de 15 a 17 años que se casaron en 2014 se ubicaban en un estrato socio-económico bajo o medio bajo.
Por ello, el instituto que dirige el senador Miguel Barbosa Huerta, advierte a los legisladores federales a discutir en el Congreso de la Unión sobre el pendiente importante que tienen en el proceso de armonización legislativa en materia de matrimonio infantil.
“Es claro que los instrumentos y organismos internacionales reiteran lo preocupante de este tipo de matrimonios”, expresan los investigadores parlamentario a los líderes de las cinco fracciones parlamentarias representadas en el Senado de la República.
“Es por lo tanto el Estado mexicano, incluyendo a todos los poderes y niveles de gobierno, quien debe implementar medidas reforzadas para proteger a la población infantil y adolescente del matrimonio”, expresan.
Para evitar la violación de derechos humanos de los menores de edad generada por el matrimonio infantil es a través de su prohibición sin excepciones ni dispensas; lo cual sólo implica un primer paso, señala el investigador Ricardo A. Bucio Mújica, coordinador del estudio denominado “Matrimonio Infantil: discriminación de género legalizada”.
Es por ello que el especialista sugirió avanzar en un cambio cultural que también erradique la aceptación de las uniones de hecho, que ubique la violencia de género y los embarazos de niñas de entre nueve y 15 años con hombres que tienen por lo menos diez años más que ellas y que borre la idea de que es necesario casar a las niñas para garantizar que los hombres o adolescentes se responsabilicen cuando existe un embarazo.
¿En qué entidades se registra el mayor número de los casos?
En el estudio parlamentario encontró también que en 22 entidades federativas son las que establecen esta edad mínima en su Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes sin excepción ni dispensa.
En el caso de Tabasco establece en su Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes como edad mínima para contraer matrimonio los 18 años pero bajo las dispensas establecidas en la Legislación Civil del Estado, lo cual implica que sólo están armonizadas parcialmente.
De igual manera, reveló que en nueve entidades federativas, no contemplan en sus Leyes Estatales de Derechos disposición alguna sobre la edad mínima para contraer matrimonio, que son: Sonora, Tlaxcala, Durango, Nuevo León, Baja California, Guanajuato, Guerrero, Querétaro y Chihuahua.
Sólo en 22 Códigos Civiles o Familiares Estatales están armonizados respecto a la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; es decir, que establecen los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio sin excepción ni dispensa.
En ocho Códigos Civiles o Leyes de Familia parcialmente armonizados, ya que contienen excepción o dispensa al requisito de edad mínima de 18 años para contraer matrimonio.
En total –resumió– son 29 las entidades federativas que tienen los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio, sin embargo ocho aún admiten dispensa. Tres Entidades Federativas (Baja California, Chihuahua y Durango), al igual que el Código Civil Federal, todavía establecen una edad menor a 18 años como edad mínima para contraer matrimonio.
Los números sobre los matrimonios infantiles
De acuerdo con información parlamentaria sobre matrimonios entre menores de edad, los datos son limitados a lo disponible en la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), por lo que las valoraciones pueden tener ciertas limitantes, sin embargo Quadratín México resalta los siguientes datos:
“Sin duda, un tema que tendrá que ser debatido y analizado para evitar que miles de adolescentes contraigan matrimonio de manera forzada en México, como se ha registrado en las últimas décadas”, afirmó la psicóloga por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Yesie Romero Fernández.