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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de julio de 2025.- La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Loretta Ortiz, defendió este martes la legitimidad de la pasada elección judicial.
Ortiz sostuvo que, más allá del uso de “acordeones”, su continuidad en el máximo tribunal del país fue avalada por el voto de cinco millones de personas.
“No es cuestión de acordeones; la gente salió con la intención y la voluntad de votar”, recalcó la Ministra durante un encuentro con periodistas en un hotel de la Ciudad de México.
Ortiz calificó como mala fe la actuación de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) que propusieron invalidar la elección argumentando el uso de acordeones que contenían los nombres de los aspirantes a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Tribunal de Justicia Administrativa, entre otros cargos que se disputaron el 1 de junio.
“Solo se registraron irregularidades en el 0.8 por ciento de las casillas. México sería el único país en el mundo que anularía una elección por eso. Además, la nulidad de una elección no está dentro de las funciones del INE, ya que esa facultad recae en la Sala Superior. Con todo respeto para esos consejeros del INE, hubo mala fe, porque esos no eran los argumentos jurídicos que deberían haber mencionado”, indicó la actual Ministra en funciones.
Tras una reunión con el presidente electo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar, los integrantes del órgano judicial que asumirán funciones el 1 de septiembre de 2025 acordaron el uso de toga.
El Ministro Presidente será quien utilice un distintivo especial en este atuendo que caracteriza a los miembros de la Corte.
“Para mí la toga tiene un significado y una carga especial”, expuso Ortiz .
Durante el encuentro, también se propuso la creación de una Corte itinerante. Esta iniciativa permitiría a los ministros sesionar en distintas partes del país, buscando acercarse a los ciudadanos y descentralizar la impartición de justicia.
Loretta Ortiz sugirió que los gastos asociados a trasladar la Corte itinerante fuera de la Ciudad de México podrían contar con el apoyo de los gobiernos estatales que funcionaran como anfitriones.