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BRUSELAS, 15 de junio (Quadratín México).- Los cambios acordados por los gobernantes de la Unión Europea a su fondo de rescate permanente, Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), podrán agravar aún más la crisis que enfrenta la zona euro en lugar de solucionarla, alertaron expertos.
El pasado 28 y 29 de junio los Veintisiete Miembros de la Unión Europea decidieron dotar el MEDE de poderes para recapitalizar directamente los bancos europeos problemáticos y para intervenir en los mercados comprando deuda pública de los países con dificultades para financiarse.
Ambas iniciativas fueron anunciadas como “sin precedentes” por el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, y las demás autoridades europeas y lograron impulsar los mercados en los días siguientes.
No obstante, el economista belga, Paul De Grauwe, profesor en la Escuela de Economía de Londres, y antiguo consejero de la CE, acredita que “los inversores se van a dar a cuenta de que el fondo de rescate europeo no tiene la potencia necesaria” para estabilizar los mercados de deuda soberana.
“El MEDE tiene 500 mil millones de euros en recursos”, recordó en un artículo publicado en el sitio web Vox, especializado en análisis de política económica.
“Compare ese valor con un total de bonos de gobierno de cerca de dos billones en Italia y 800 mil millones en España y queda inmediatamente evidente que el fondo no será capaz de calmar una crisis implicando uno de esos dos países, mucho menos los dos a la vez”, señaló.
Al comprar deudas soberanas, el MEDE tendrá sus recursos reducidos y, por lo tanto, menos capacidad para enfrentar nuevas crisis.
“Los inversores harán estimaciones sobre cuándo los fondos del MEDE se agotarán y, con base en ellas, harán lo que se espera de personas inteligentes: venderán sus bonos inmediatamente, antes que después”, argumentó De Grauwe.
La opinión es compartida por el economista Charles Wyplosz, director del Centro Internacional de Estudios Monetarios y Bancarios, en Ginebra.
“Una crisis bancaria con efecto de contagio que afecte a varios grandes bancos exigiría mucho más dinero de lo que hay disponible en las arcas del MEDE”, afirmó.
A juicio de los dos expertos, la única solución para ese caso sería una intervención del Banco Central Europeo (BCE).
“El BCE es la única institución que puede prevenir que el pánico en el mercado de deuda soberana empuje a los países a un mal equilibrio, una vez que, en su condición de institución emisora de divisa, tiene una capacidad infinita de comprar bonos de gobierno», explicó De Grauwe.
Sin embargo, la institución es reticente a utilizar ese poder de intervención masiva.
También Alemania, la primera economía europea, se opone a esa iniciativa, argumentando que ello supondría recompensar a los países que no han cumplido las reglas europeas de equilibrio fiscal.
Para el economista Simon Tilford, del Centro para Reforma Europea, la crisis “se ha profundizado a tal punto que sólo grandes pasos institucionales restaurarían la credibilidad” de la zona del euro.
“Eso pone a los políticos de los países europeos acreedores en una posición individual: o bien salvan el euro, con el riesgo de ser echados del poder (en sus países), o abren el camino para una devastación de la moneda única, con toda la caída económica y política resultante”, advirtió.
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