Confían demandantes en reforma laboral ante Monreal
PACHUCA, Hgo., 5 de Septiembre del 2016.- “Las confrontaciones quedaron atrás”, con éste remitente cargado de jiribilla, Omar Fayad Meneses abrió un contundente y lapidario discurso (para los que se van) al rendir protesta como gobernador de Hidalgo.
La presentación de su gabinete el pasado domingo fue la primera señal de autonomía que mandó Fayad. Por primera vez en muchos años los apellidos y las caras de siempre fueron relegadas del gabinete; tampoco hubo cuotas a sus aliados electorales, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) que exigía la Secretaría del Medio Ambiente, ni al Partido Nueva Alianza que se conforma con lo que le otorguen con tal de estar presente en el gabinete.
De un día a otro y bajo un manto de rumores se canceló la ceremonia de toma de protesta en el Congreso local, incluso el auditorio Gota de Plata fue improvisado como recinto legislativo, y en el escenario fueron instaladas las curules de los diputados.
Ahí, en el escenario, un mesurado Fayad lanzó un mensaje de unidad, no sin antes dejar en claro lo que no quiere ser:
“No crean que seré gobernador de esos que se conforman con un reporte de sus colaboradores”, soltó ante la mirada atónita de su antecesor Francisco Olvera Ruiz, sentado en la presidencia y escoltado por la diputada María Luisa Perusquía y por el titular del Poder Judicial, Juan Manuel Menes Llaguno.
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