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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de diciembre de 2018.- “El jabalí y el cocodrilo son los productos estrella, los preparamos en hamburguesa, en corte y en mixiote”, mencionó Adolfo empleado del restaurante El Gran Cazador, ubicado en la calle Ernesto Pugibet, una de las sedes del Mercado San Juan, lugar donde se ofertan un gran cantidad de carnes, frutas y verduras exóticas.
Para la mayoría de capitalinos resulta habitual ingresar al recinto y rodearse de los cuerpos inertes de cabritos, jabalís, conejos, lechones, venados y pavos, expuestos en una barra todavía sangrando, o colgados mientras con total naturalidad se les arranca la piel. En cambio para los que nunca se han encontrado con algo parecido la experiencia es distinta: impera desde el asombro a la perturbación.
En este lugar del corazón de la Ciudad de México, que se encuentra en la delegación Cuauhtémoc, también es común toparse con cucarachas de Madagascar, escorpiones, hormigas chicatanas o tarántulas, ofertadas a los transeúntes como comida prehispánica.
“Todos los precios varían, la mayoría vienen por pieza, vienen siendo de 100 pesos la pieza, la tarántula sale en 350 la más chica y 550 la más grande. La cucaracha de madagascar es un poco más barata sale en 50 la pieza”, explicó Adrián Álvarez, vendedor del puesto Prehispánicos Álvarez.
Inaugurado oficialmente 1955, este mercado cuenta con más de 300 locales regulados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Algunos locatarios explicaron que la carne que se oferta en el lugar proviene de criaderos que operan con permiso de ésta dependencia.
El comercio Los Coyotes, fundado hace 50 años, es uno de los que mayor variedad de carnes tienen. Entre su catálogo destaca tigre, avestruz, faisán, tepezcuintle, pejelagarto, víbora, zorrillo, armadillo y canguro. Ángel, de 24 años, tiene dos años y medio trabajando en éste lugar como carnicero, explicó que a pesar de su gran oferta, lo que más se vende en ésta época decembrina es el lechón.
“Primero trabajé en un gourmet de comida exótica y al principio si te sacas de onda, ni te imaginas que la gente como esto, pero ya después pasando el tiempo te acostumbras”, comentó.
Aseguró que casi todas las carnes han pasado por su paladar, “lo difícil es el olor pero sabe bien. La de cocodrilo sabe cómo a pollo o pescado, las de León y tigre son insípidas, casi no tienen sabor”.
Los precios dependen del corte y el animal, por ejemplo el kilo de venado cuesta alrededor de 600 pesos, mientras que el tigre puede rondar los 800 pesos por kilo. Hay comercios que incluso ofertan ésta carne en cortes, hamburguesas o mixiotes, los precios pueden ir desde los 80 hasta los 300 pesos, según su preparación.
Rodrigo Vigueras, un comensal, dijo que lo atrajo el morbo y una recomendación de un amigo suyo. Junto a su familia llegó para degustar un corte de jabalí, “espero lo que dice la carta, que es una carne jugosa, que tiene un sabor suave y que tenga poca grasa”, comentó.
“Hay una diversidad impresionante, animales que no se encuentran de manera normal en nuestro país, hasta platillos prehispánicos que se preparaban de manera ancestral”, añadió.
El mercado San Juan Pugibet se ha convertido en una parada obligada para los curiosos, como es el caso de Román, proveniente de República Checa, quien después de un recorrido por Teotihuacán llegó a este lugar por recomendaciones de su guía.
“No comería las hamburguesas exóticas, quizás canguro porque se come en Australia, pero León no”, expresó.
Pese a los olores que impregnan los pasillos donde se exhiben a todos los animales, ubicados en el área del fondo del mercado, la concurrencia es notable. Aunque los comerciantes se esmeran en ofrecer los productos, éstos no dejan de ser vistos como una oferta insólita en la ciudad.