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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de febrero de 2017.- Christian Skoog, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, subrayó que el país garantiza a los menores migrantes su derecho a la educación, pero se deben sumar esfuerzos para hacerlo aún mejor, informa la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.
“Ante la situación actual, en que prevemos más niños en condición migratoria, tenemos que intensificar los esfuerzos para asegurarnos de que haya una silla en todas las escuelas para ellos”, advirtió.
Por ello, dijo que el organismo que representa, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Cancillería trabajan de la mano con otras instituciones, para que los menores de edad migrantes, centroamericanos sobre todo, y también quienes retornan de Estados Unidos continúen sus estudios.
Al hablar en el marco del Seminario Internacional sobre Buenas Prácticas Educativas ante el Riesgo de Exclusión de Niñas, Niños y Adolescentes, hizo énfasis en que México comparte sus experiencias con Brasil, Colombia y Argentina, que tienen situaciones similares en cuanto a los retos de integración y para reducir la discriminación.
“Trabajamos con la SEP para compartir las experiencias y esa dependencia está empujando para limitar los obstáculos administrativos”.
Por ejemplo, añadió, no importa si no se cuenta con un registro de nacimiento de los infantes, “eso puede arreglarse después, pero los niños tienen derecho a la educación y deben encontrar una escuela en cualquier sitio y en cualquier lengua”.
También manifestó que el país tiene avances en el tema de erradicar la exclusión educativa, pero estableció que es preciso actuar donde más se necesita, que son los grados de preescolar y de media superior. Y es que los niños empiezan su educación de manera tardía y salen temprano.
De hecho, expuso, existen cuatro millones de menores que no asisten a la escuela –y 600 mil que están en riesgo de salir–, y la cifra alcanza los 22.1 millones en América Latina.
En la primaria, abundó, tenemos muy buena cobertura, pero es preciso trabajar en la calidad, porque hay menores de edad que van a la escuela pero no aprenden.
Para mejorar, existen buenas iniciativas tanto dentro como fuera del país, y “tenemos que sumar esfuerzos y ver lo que funciona y en qué condiciones en cada país”.
Christian Skoog precisó que la exclusión tiene que ver con temas de pobreza y discapacidad, o con ser indígena. “Para tener una educación pertinente, siempre cuesta. Yo he vivido en Guatemala antes”.
“Los problemas son más grandes que acá. Es difícil encontrar la fórmula para asegurar que existe una educación culturalmente adecuada cuando se enfrenta el problema del idioma, y aquí no hablamos de otra lengua más, sino de varias”.
El representante de UNICEF se refirió a la importancia de dar continuidad en los temas de exclusión educativa que afecta a la mayoría de los países del mundo, porque esto ha ayudado a reducir el número de menores de edad que no pueden ejercer su derecho pleno a la educación.
Explicó que la exclusión significa que hay niños que no asisten a la escuela, que están fuera de ella físicamente, aunque también hay quienes asisten pero no reciben una educación de calidad o pertinente que les permita desarrollar su potencial.