Vinculan a proceso a ex funcionarios del SAT por presunto fraude
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de octubre de 2016.- Prácticamente todo el territorio nacional se ha convertido en una puerta hacia el horror, afirmó el académico del Colegio de México (Colmex) Sergio Aguayo.
“El tejido que genera la violencia es mucho más sofisticado, les pongo como ejemplo que, al menos, dos de los tres traidores que generan las desapariciones de la región norte que tiene Allende, son testigos protegidos de la DEA que se niega a entregar información.
“¿Qué papel perverso está jugando la DEA y otras dependencias de los Estados Unidos?, no lo sabemos (…) porque surge el tema de la seguridad del Estado mexicano, con la evidencia disponible, me atrevo a avanzar una hipótesis, la parte vulnerable del Estado de mexicano son los municipios”, dijo.
Explicó que a través de los municipios el crimen organizado entra a las entidades federativas, mientras que el Estado carece de una estrategia para combatirlo de manera real y efectiva.
Explicó que en San Fernando habían tan solo 36 policías municipales en San Fernando y 20 en Allende; “en Allende colaboraban once (policías) activamente, el resto se negó; para mantener la lealtad o el sometimiento de los policías los zetas gastaban al mes 61 mil 500 pesos, eso es todo”.
“Tres mil dólares les costaba controlar a la fuerza pública de un municipio. Con el salario de un senador podríamos emancipar a cuántos municipios y con salario de ministro de la Suprema Corte… por supuesto que no es así de simple; eran los 61 pesos más el terror, sino camperas, te mueres tú y tu familia”, explicó.
Ante los hechos de violencia en varias regiones del país, Sergio Aguayo resaltó que se deben entender factores como, el papel de la sociedad, ya que “no sólo de las víctimas, sino también de quienes resistieron la violencia dentro y fuera del estado”.
“En los expedientes (de San Fernando y Allende) encontramos historias de funcionarios que se opusieron y se negaron a participar en el horror; lo bomberos del Allende dijeron que no y les bajan los pantalones a todos para darles unos leñazos para disciplinarlos”, explicó.