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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de septiembre de 2016.- Lloviendo está y a través de la lluvia, hay un triste adiós pero un amor no termina, así como lo hubiera cantado Juan Gabriel en el mismo lugar donde lo conocimos y lo volvemos a ver en el mismo lugar donde lo despedimos.
“Mis lágrimas no miras, la lluvia las confunde…”, interpretaba el Divo de Juárez en el escenario, conciertos de varias horas que al igual que su homenaje en el Palacio de Bellas Artes, parecen eternos.
“Llenaste de recuerdos a la ciudad entera…”, y así fue no sólo en su natal pueblito Parácuaro, Michoacán, sino en Ciudad Juárez, Chihuahua, y en la Ciudad de México, donde finalmente este lunes 5 de septiembre sus familiares decidieron realizar unas exequias públicas, para que sus miles de fans pudieran expresarle su admiración y respeto que se ganó a lo largo de casi 45 años de trayectoria artística.
A horas de haber iniciado las honras fúnebres de Alberto Aguilera Valadez, al son del Mariachi Gama Mil se escuchó Te Sigo Amando y Pero Qué Necesidad, posteriormente en la escalinata del vestíbulo principal el Coro del Teatro de Bellas Artes interpretó una obertura de Amor Eterno.
Juan Gabriel se ganó el cariño del pueblo mexicano que lo vio crecer desde abajo. Autoridades han reportado que la afluencia de admiradores que han llegado a la explanada de Bellas Artes supera a los homenajes post mortem del actor Cantinflas y el escritor Gabriel García Márquez.
Cuántas veces Juan Gabriel sonó con este encuentro y ansiaba este momento, creía que nunca más volvería a encontrar a su público y hoy por casualidad que vine a Bellas Artes, ¡qué sorpresa tan grande!, nos vuelve a ver en el mismo lugar donde lo conocimos, nos a ver, en el mismo lugar donde lo despedimos.