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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de octubre de 2016.- Pensar que la generación del milenio podría definir las elecciones presidenciales del 2018 sería tanto como creer que se inclinarían por una u otra oferta política, consideró María Marván Laborde, académica del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Añadió, según comunicado, que el sufragio de estos jóvenes, como el de la población en general, estará dividido entre las diferentes opciones políticas, pero no hay razón para creer que votarán mayoritariamente por candidatos independientes, si es que alguno de ellos logra el registro.
“Lo que sí pueden definir es el incremento de su participación, que por sí misma sería una gran noticia”, agregó Marván Laborde.
La ex consejera del entonces Instituto Federal Electoral (IFE) señaló que una de las preocupaciones respecto a los denominados millennials (generación que nació en la década de los 80 y hasta el año 2000) es su apatía política.
Son una generación a la que el voto les importa poco. “En México podemos pensar, por ejemplo, que el interés de la mayoría de estos chicos por obtener su credencial de elector cuando cumplen 18 años tiene mucho más que ver con conseguir una identificación que les permita entrar a los antros, y no con la posibilidad de participar en las elecciones”.
En términos generales, se asume que es una de las generaciones más desencantadas de la política y que menos sentido encuentra en su intervención en procesos electorales. Es en discusiones políticas que ocurren en las redes sociales donde más se enganchan, pero responden en mayor proporción al escándalo que a la propuesta, dijo la universitaria.
A través de los teléfonos móviles los jóvenes de entre 18 y 35 años de edad se informan del acontecer mundial. “En ese contexto, no tengo duda de que las próximas elecciones pasarán por estos dispositivos y las redes sociales, como sucede en otros países; ésa sería una manera de incorporarlos a los procesos políticos”.
María Marván consideró innecesario que los legisladores, el tribunal o el Instituto Nacional Electoral (INE) pretendan regular lo que se dice en las redes, pues éstas no son regulables. “Me parece que sería un error; lo que sí debe pedirse es que tanto partidos políticos como candidatos reconozcan los gastos en los que incurren durante el manejo de sus campañas en las redes. Eso sí puede regularse y debería hacerse”.
La socióloga universitaria expuso que los partidos, tanto de México como de Estados Unidos, deberían tomar en cuenta la capacidad que tuvo el senador estadounidense Bernie Sanders de involucrar a los millennials al hablar de sus necesidades y preocupaciones, entusiasmar al ciudadano común más que a los grandes intereses corporativos y a los poderes fácticos.
En su opinión, los candidatos a la Presidencia de la República para 2018 (y aquellos que contenderán por elecciones locales en 29 estados y para ocupar un lugar en el Congreso de la Unión) deberían considerar que se puede entusiasmar a los muchachos. “Sanders ya lo confirmó, sí hay manera de apelar a sus necesidades, buscarlos y ofrecerles una oferta distinta e involucrarlos”.
Sería lamentable que los partidos políticos mexicanos se conformaran con decir que los millennials son una generación a la que no le interesa la política, “¿y qué más podemos hacer si no les atrae?. Es posible incorporarlos en esta dinámica y, en esa medida, será importante su participación”.
Los votantes millennials deberían ser una preocupación fundamental. “Si les hablamos de las cosas que les interesan y preocupan, podría incrementarse su participación, aunque no en un 100 por ciento”, concluyó.