Erotismo virtual y las cavernas del desierto
Entre el asombro y el estruendo, el riesgo acecha. La pirotecnia, aunque atractiva, es un juego peligroso con un precio altísimo si algo sale mal.
Cada año, miles de personas en México y el mundo sufren lesiones graves por cohetes, petardos y fuegos artificiales que, más allá del espectáculo, nos recuerdan una dura verdad: jugamos con fuego, y muchas veces, con las manos desnudas.
Según la Organización Mundial de la Salud, la pirotecnia genera más de 10 mil lesiones al año a nivel global, con una alta incidencia en niñas, niños y adolescentes. Comienza como un momento de diversión y puede terminar en quemaduras, amputaciones o incluso pérdida de la vista.
Durante las fiestas patrias y Navidad, principalmente, la pirotecnia genera un aumento en las atenciones médicas de emergencia. De acuerdo con la Secretaría de Salud, el año pasado se registraron más de 600 incidentes graves relacionados con el manejo de explosivos recreativos, la mayoría en menores de 15 años. La cifra real podría ser mayor si consideramos aquellas lesiones menores no reportadas.
Las más comunes incluyen quemaduras, desde primer a tercer grado, sobre todo en manos, rostro y extremidades. Cohetes como las «palomas» o «cara de diablo» pueden provocar mutilaciones inmediatas, desprendimiento de retina, cataratas traumáticas o pérdida total de la vista.
Con niveles de ruido superior a 150 decibeles, la pirotecnia ocasiona pérdida auditiva permanente. Esos son niveles que sobrepasan el umbral del dolor establecido por la Organización Mundial de la Salud en 120 decibeles.
Este año, en el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) hemos atendido, a través del 911 y botones de auxilio, más de 9 mil 500 reportes por quema de pirotecnia, con el mayor pico durante septiembre.
Desde lo ciudadano hay una oportunidad de responder con responsabilidad a la dinámica festiva desplegada en la Ciudad de México, donde, por impulso de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, se colocaron por primera vez pistas de hielo en cada alcaldía, y la tarde del martes se inauguró la verbena navideña.
Para prevenir accidentes es recomendable que las y los menores nunca manipulen pirotecnia sin la supervisión de una persona adulta responsable, y quien la maneje conozca cómo hacerlo, así como encender uno a la vez, no sostenerlo en las manos durante la ignición ni reutilizar cohetes que no se encienden a la primera, lo que se conoce como el misfires.
Jugar con fuego no es buena idea si no se hace con responsabilidad.