Vinculan a proceso y trasladan a Cevarepsi a acusado de ataque en Metro
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 2 de septiembre de 2018.- Mole, arroz, frijoles refritos, tortillas hechas a mano, unos chocolates, rompope y hasta un molcajete para una salsa martajada, es el contenido de las bolsas que a doña Mary le revisan cada semana a la entrada del Centro de Prevención Social de La Pila, a donde acude a visitar a su hijo recluido hace cuatro años.
La angustia por su vástago, se le refleja en el rostro, las arrugas en su cara hablan de una vida de trabajo, esfuerzo, cansancio y dolor, aprieta los labios cuando hace fuerza para cargar sus bolsas con platos, cucharas, y demás enseres de cocina.
Cada domingo se le puede ver esperando el camión urbano en la esquina de avenida México y la calle Guadalcázar en la colonia San Felipe en la capital de San Luis Potosí, María Eugenia o Doña Mary como le gusta que le llamen, es una mujer de 68 años que nunca falta a su cita dominical en el penal.
Aborda el primer camión que la lleva hacia la alameda Juan Sarabia, ahí sube a otra unidad que la acerque al centro penitenciario. “Es difícil ir a ver a mi hijo, tengo que tomar dos camiones, no entiendo porque nos quitaron la ruta que nos llevaba hasta las puertas del penal, tengo que caminar mucho, a mi edad me canso, y luego siempre llevo muchas cosas”, platica doña Mary.
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