IMSS, en el top de instituciones de LATAM por su investigación en salud
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de octubre (Quadratín México).- La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales. Se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
Sin embargo, esto no ocurre de tal manera, son muchos los problemas de ansiedad, depresión, inestabilidad emocional que aquejan a millones de personas en el mundo, por ello cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental para sensibilizar a la población acerca de los problemas que la atacan.
Este año, con el tema “La depresión, una crisis mundial”, que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a más de 350 millones de personas y que sólo menos del 10 por ciento tienen acceso a tratamientos eficaces contra esta enfermedad.
En la mayoría de los países, sobre todo en los de ingresos bajos y medios, los servicios de salud mental adolecen de una grave escasez de recursos, tanto humanos como económicos.
La mayoría de los recursos de atención sanitaria disponibles se destinan actualmente a la atención y el tratamiento especializados de los enfermos mentales y, en menor medida, a un sistema integrado de salud mental.
En lugar de proporcionar atención en grandes hospitales psiquiátricos, los países deberían integrar la salud mental en la asistencia primaria, ofrecer atención de salud mental en los hospitales generales y crear servicios comunitarios de salud mental, refieren datos obtenido de la página en Internet de la OMS.
La promoción de la salud mental, añade, requiere que se adopten medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias.
El principal fin debe ser promover la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar a los niños un comienzo saludable en la vida y evitar trastornos mentales en la edad adulta y la vejez, y reducir el gran número de personas que padecen de depresión, como lo es en la actualidad.
En donde millones de personas de todo el planeta sufren de depresión, un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
Dicha enfermedad puede hacerse crónica o recurrente, y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo, la escuela, el hogar, o lo que es peor, bloquea la capacidad para afrontar la vida diaria.
Este padecimiento, en su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.
La depresión es un trastorno que se puede diagnosticar de forma fiable y que puede ser tratado.
Dada esta situación mundial, la Organización Mundial de la Salud realizó una cartografía con el fin de ver la realidad de este mal.
El Proyecto Atlas de la OMS iniciado en el año 2000 tuvo como objeto cartografiar los recursos de salud mental en todo el mundo, aportando con ello una instantánea sobre la situación en cada uno de los países.
“La evidencia resultante de este estudio indica que muchos países no están preparados para hacer frente al aumento previsto de los trastornos mentales y conductuales a nivel mundial por falta de políticas, programas y recursos”.
De los países estudiados, la investigación reveló que 41 por ciento no disponía de una política de salud mental; 25 carecía de legislación sobre salud mental; 28 por ciento no poseía un presupuesto independiente para la salud mental.
Además, 41 por ciento no disponía de centros de tratamiento para los trastornos mentales graves en el ámbito de la atención primaria; 37, carecía de centros de atención comunitaria; y 65 por ciento de las camas para enfermos mentales se encontraban en hospitales psiquiátricos.
El panorama general muestra que una de cada cuatro personas sufre un trastorno mental o neurológico en algún momento de su vida. (Unos 450 millones de personas sufren actualmente estos trastornos); 121 millones de individuos sufren depresión y 50 millones epilepsia. (24 millones, sufren esquizofrenia).
Y cada año se suicida un millón de personas. (Entre 10 y 20 millones intentan suicidarse).
Estos padecimientos no son exclusivos de las personas adultas, en la ciudad de México se estimó que 16 por ciento de niños y adolescentes de entre cuatro y 16 años podría tener algún tipo de trastorno.
Los más comunes son los de ansiedad o angustia, seguidos por el abuso o dependencia de sustancias y los afectivos o emocionales; en menor medida, pero de suma importancia, está la esquizofrenia y los trastornos de la personalidad.
En niños, los más frecuentes son la ansiedad de separación, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad y la fobia específica.
En el informe sobre la salud en el mundo 2001, las recomendaciones hechas fueron: asegurar la disponibilidad de psicotrópicos; educar al público; involucrar a las comunidades, las familias y los consumidores; establecer políticas, programas y legislaciones nacionales.
Así como, desarrollar los recursos humanos; establecer vínculos con otros sectores; vigilar la salud mental de la comunidad; y apoyar la realización de nuevas investigaciones, entre otras.
Este año, dadas las altas cifras de personas con un problema de salud mental, el reto de las autoridades de salud y de la sociedad en general, será revertir la crisis mundial de la depresión.
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