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CIUDAD DE MÉXICO, 6 octubre (Quadratín México).- El matador mexicano de toros Mariano Ramos, considerado como una de las principales figuras del toreo mexicano, falleció anoche en un hospital de Ciudad de México víctima de una enfermedad crónica renal, informó hoy personal cercano al diestro.
El matador de toros, que tenía 59 años, murió víctima de una insuficiencia renal que le afectaba desde tiempo atrás, agregó una persona allegada al Charro de la Viga.
El diestro de La Viga cumpliría 59 años este 26 de octubre, estaba casado con Diana Morales, hija del ganadero Roberto Morales, no tuvo hijos.
Su padre, Rafael Ramos, fue un reconocido charro, quien inculcó en Mariano este deporte, en el que fue campeón nacional juvenil y Campeón Nacional de Charro completo.
En el mundo taurino tuvo una carrera vertiginosa y pronto se hizo figura del toreo en las décadas de los 70 y 80, junto a Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera, Antonio Lomelín, Jorge Gutiérrez, Miguel Espinosa Armillita y David Silveti.
Se presentó como novillero en la Plaza México el 18 de enero de 1971 alternando con Arturo Magaña y Mauricio Lavat, con ganado de la Viuda de Fernández.
Tomó alternativa el 20 de noviembre de ese año en la plaza Revolución de manos de Manolo Martínez, teniendo como testigo a Francisco Rivera Paquirri, con toros de Santacilia.
El 5 de diciembre de 1975 confirmó alternativa en la Plaza México con el propio Manolo Martínez y Antonio Lomelín con el toro Antequerado de Tequisquiapan.
Confirmó en la plaza de Las Ventas, de Madrid, el 18 de mayo de 1974 de manos de Curro Romero y Francisco Rivera Paquirri volvió a ser su testigo, con toros de Baltasar Iván. Ese año hizo campaña en España y sumó 27 corridas.
Mariano toreó unas dos mil corridas en México, Sudamérica, España y Portugal. De ellas, 78 tardes fueron en la Plaza México, convirtiéndose en uno de los que más han toreado en la capital dejando grandes recuerdos con sus faenas poderosas.
El Torero Charro sólo recibió una cornada en sus casi 40 años de matador de toros. Sus grandes faenas fueron al toro Azucarero, de Tequisquiapan; Mesonero, de José Julián Llaguno, y entre las más reconocidas fue la que le hizo al toro Timbalero, de Piedras Negras, de la cual en la Plaza México existe una placa.
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