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CIUDAD DE MÉXICO, 16 de abril de 2017.- Las elevadas cifras de mujeres asesinadas y desaparecidas en el Estado de México, «no importan a las autoridades, pues las muertas y desaparecidas no votan», condenó la Arquidiócesis de México.
A través de su editorial Desde la fe, titulado Feminicidios, crimen impune, la Iglesia católica advirtió que «en el Estado de México –entidad en disputa electoral– entre 2011 y 2013, casi 850 mujeres fueron asesinadas, pero las cifras resultan más escalofriantes en el período comprendido entre 2013 y 2015, cuando cerca de dos mil mujeres fueron ultimadas y 1,500 desaparecieron; la mayoría eran adolescentes, de entre 15 y 18 años de edad».
Señaló que en el país, ser mujer es sinónimo de desigualdad, pese a que se han fomentado políticas públicas de defensa de sus derechos a través de modernas legislaciones.
La Arquidiócesis afirmó que la violencia contra las mujeres es un mal que crece de forma alarmante, invisible, y que impacta directamente contra la célula fundamental de la familia.
Recordó que en 2016, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer el Diagnóstico de la violencia contra la mujeres a partir de las leyes federales y de las entidades federativas. En dicho documento se afirma que “la violencia contra las mujeres, ejercida en sus distintos tipos y modalidades, encuentra su origen en la discriminación por razones de género, como una condición sociocultural persistente en las sociedades”. Y según cifras del Observatorio Nacional de Feminicidios, seis mujeres pierden la vida diariamente en México bajo circunstancias violentas; entre 2012 y 2013 fueron asesinadas casi cuatro mil de ellas.
En el diagnóstico citado, la CNDH dio a conocer que en siete estados se ha declarado la alerta por violencia de género, y en otras catorce entidades se estaría llevando a cabo el procedimiento de solicitud, pero esto no es suficiente.
Señaló que en Morelos este drama crece con desmesura, lo que provocó que el 10 de agosto de 2015 se generara dicha alerta; sin embargo, las mujeres siguen indefensas.
La Iglesia destacó que en esa entidad «todos los poderes se han confabulado para atacar y perseguir al Obispo por tener el valor de denunciar la violencia y la corrupción que hoy por hoy son ya insoportables».
«Los crímenes contra mujeres son el diagnóstico del lamentable estado de la procuración de justicia y del respeto a los derechos humanos, son nuestro fracaso como sociedad», finalizó.